Rajoy participó junto a la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, en un mitin en el Polideportivo Salto del Caballo, abarrotado hora y media antes del comienzo por unas 3.500 personas. Muchos simpatizantes se quedaron en la calle de los que solo unos 300 fueron alojados en una carpa para que vieran el mitin por televisión.

En su discurso, el candidato popular no hizo ni una sola mención al barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas difundido este viernes, que otorga al PP una ventaja de 16,7% de ventaja ante los comicios del 20 de noviembre. Hizo como si no existiera y lanzó el mismo mensaje que sus compañeros Esteban González Pons y Ana Mato al pedir "un gobierno fuerte" que facilite la aprobación de reformas para salir de la crisis.

"Le vamos a pedir a los españoles que nos ayuden a luchar contra la crisis y crear empleo, les vamos a pedir un gobierno fuerte y apoyado, les vamos a pedir ser más, les vamos a pedir la unidad de todos los españoles hayan votado lo que hayan votado", añadió haciendo borrón y cuenta nueva respecto a anteriores comicios.

Adujo que el PP es el único que puede sacar al país de la crisis con la tesis de que en las elecciones generales del 20 de noviembre "sólo hay dos opciones: seguir a peor o empezar a ver la luz al final del túnel" votando a su formación dentro de dos semanas.

PARO Y CRISIS COMO ENEMIGOS

El líder del PP dedicó poco tiempo a criticar al PSOE, convencido de que "no tenemos enemigos, aunque algunos quieran serlo". "Nuestros enemigos y adversarios son la crisis económica y el paro y vamos a por ellos", sentenció. Rajoy se bastó con recordar "la herencia que nos dejan" con cinco millones de parados y "los recortes sociales" que han tenido que acometer en los dos últimos años para equilibrar las cuentas del Estado y reducir el déficit público.

Rajoy advirtió de que el verdadero reto no es ganar las elecciones sino "superar esta situación" económica que deja Zapatero tras siete años en La Moncloa. "El reto es importante, la tarea gigantesca y las cosas no van a ser fáciles", recalcó.

Recordó que el PP ya fue capaz de recuperar la economía en 1996 de la mano de José María Aznar y Rodrigo Rato, por lo que se mostró convencido de que ahora volverá a conseguirlo. Quienes, en su opinión, no podrían conseguirlo son los socialistas, a los que se refirió como "los causantes de la crisis" y "quienes nos mentieron en ella".

Ante un público entregado que le recibió con gritos de "¡Presidente, presidente!" y que le cantó la célebre estrofa de "¡Oa, oa, oa, Mariano a La Moncloa!", Rajoy presentó un conjunto de reglas que piensa seguir si llega al Gobierno con el objetivo de sacar a España de la crisis económica y recuperar la senda de la creación de empleo.

Afirmó que lo primero es tener "un Gobierno competente". Después, elaborar un gabinete con "gente competente y capaz" porque "para ministro no vale cualquiera". Recalcó que los gobernantes deben "estar en la realidad y no en la Luna".

Rajoy prosiguió con su enumeración de claves para conformar un buen Ejecutivo: austeridad, finalizar la reforma del sistema financiero y apoyar a los emprendedores como verdaderos creadores de empleo. Además, presumió de contar con dos virtudes que considera "conciliables" y necesarias para gobernar: ser "valiente y prudente".

En un tono relajado, dedicó toda clase de elogios a María Dolores de Cospedal por su gestión al frente de Castilla-La Mancha e hizo balance de los siete años que ha pasado en la oposición. "Me encuentro bien, me encuentro a gusto", remachó. "He aprendido mucho y todo lo que he aprendido me va a ser muy útil".