Así lo reconoció este martes el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Joan Ramón Villalbí, durante su primera comparecencia en la Comisión Mixta (Congreso-Senado) para el Estudio de los Problemas de las Adicciones coincidiendo con el debate, esta tarde en la Cámara Baja, de la toma en consideración de la Proposición de Ley integral del cannabis impulsada por Más País con el objeto de "declarar y reconocer” el “valor y carácter universal, cultural, sociológico, lúdico, recreativo, medicinal, comercial e industrial” de la planta Cannabis Sativa L en todas sus variedades y tras la reciente constitución de la subcomisión para analizar experiencias de regulación del cannabis para uso medicinal.

Villalbí comparece en la comisión a petición propia con el fin de exponer las actividades que están en curso en la Delegación del Gobierno, informar sobre la situación actual de las adicciones y los temas emergentes en este ámbito así como de los grupos parlamentario ‘popular’ y republicano para rendir cuentas sobre las modificaciones en la regulación de la Estrategia Nacional sobre Adicciones y sus planes de acción y explicar las medidas y acciones llevadas a cabo por la delegación durante la pandemia y las que tiene previsto desarrollar para atender los problemas de adicciones en España.

Con respecto al cannabis, el delegado del Gobierno recordó durante su intervención que es la sustancia ilícita más consumida en España y que aproximadamente un 10% de la población dice haberla consumido en el último año mientras algo menos de un 3% lo hace diariamente, cifras, precisó, “relativamente altas en el contexto internacional y que vienen aumentando paulatinamente” desde que hay encuestas, tal y como ocurre en toda Europa.

El delegado del Gobierno subrayó, además, que el tipo de cannabis “ha variado mucho” y actualmente tiene una potencia “muy superior a la que circulaba 30 años atrás”, por lo que reiteró que el Gobierno está “bastante preocupado por la detección de una cierta banalización de los riesgos asociados al cannabis”, que, a su entender, “contribuye, seguramente, a favorecer su consumo”.

CONSECUENCIAS DEL CONSUMO

En este punto, entre las “consecuencias” de su consumo citó las lesiones, sobre todo por tráfico, así como los episodios psiquiátricos, especialmente los brotes psicóticos en usuarios noveles, personas “muy jóvenes” que en el primer episodio de consumo “acaban en urgencias”, según Villalbí.

Junto a ello, se refirió al peligro de desarrollar “dependencia” que pueden sufrir sus consumidores, que, si bien es “inferior a otras sustancias”, afecta “empíricamente” a un 10% de los usuarios de cannabis, mientras el porcentaje asciende hasta el 50% entre los usuarios diarios.

Por lo que respecta a las demandas de tratamiento en los servicios de adicciones, la red atiende “sobre todo” a personas que buscan ayuda por consumo de cocaína y de cannabis en segundo lugar, si bien en “muchas” provincias esta segunda sustancia es “la primera demanda de ayuda” en los servicios de atención a las adicciones.

En cuanto a la mortalidad por sobredosis, el cannabis es la quinta sustancia en el ranking de muestras toxicológicas de las personas que mueren por sobredosis, por detrás de heroína, cocaína, benzodiacepinas y alcohol y está presente en “una buena parte” de las muestras de los fallecidos por sobredosis, teniendo en cuenta que en España hay casi un millar de fallecidos por sobredosis aguda al año por sustancias ilícitas.