Sánchez hizo estas declaraciones durante un mitin celebrado en Ponferrada (León) a una semana de que el PSOE celebre en Valencia el 40º Congreso Federal de esta formación política para renovar sus estatutos y líneas ideológicas, elegir una nueva dirección y ratificarle como líder de los socialistas españoles.

A su juicio, el cónclave de la semana que viene será un “momento para reivindicar el pasado, el presente y sobre todo el futuro de esta organización” desde la posición que mantiene ahora al frente del Ejecutivo.

Sánchez agradeció “de todo corazón” el debate previo que se está produciendo con las enmiendas que han presentado los militantes, que están causando debate especialmente sobre la diferencia entre género sexo y sobre implantar la república como modelo de Estado.

Pero el secretario general del PSOE indicó que “la parte más importante” en este Congreso Federal será recordar el contexto en el que se produjo el anterior, en junio de 2017, en el que Sánchez fue nombrado secretario general tras ganar las primarias a Susana Díaz apenas nueve meses después de que una reunión del Comité Federal le destituyera del cargo el 1 de octubre de 2016 y nombrara una gestora para dirigir el partido.

Sánchez declaró que aquel 39º Congreso Federal del PSOE “logró revertir los malos augurios que desde la derecha querían para el PSOE” y que “hablaban de la pasokización” de los socialistas en España, en comparación con la caída en la irrelevancia que tenían entonces sus compañeros en Grecia.

“Hoy el PSOE es la primera fuerza política del país y estamos gobernando”, proclamó Sánchez para recibir una ovación de los cientos de simpatizantes que le escuchaban en un polideportivo de la capital del Bierzo Además, alabó el “apoyo desde el principio” que en el anterior congreso le dio el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, quien “entendió perfectamente cuál era la coyuntura del 39º Congreso”.

Precisamente, Tudanca se había referido minutos antes a la batalla interna que sufrió el PSOE en 2016 tras la repetición de las elecciones generales, en las que el partido se fracturó entre quienes pensaban que debían facilitar la investidura de Mariano Rajoy como ganador en las urnas y quienes, como Sánchez, se aferraban al “no es no” e incluso sugerían una alternativa de izquierdas junto a Unidas Podemos y los partidos socialistas, lo que finalmente ocurrió dos años después en la moción de censura que echó de La Moncloa al entonces líder del PP.

Tudanca se refirió al Comité Federal del PSOE del 1 de octubre de 2016 como aquel “del que ya no queremos acordarnos” y subrayó todas las adversidades que Sánchez ha tenido que superar para llegar hasta este momento, primero en la oposición con un fuerte rechazo dentro del propio partido y después en el Gobierno con crisis como la pandemia de Covid-19 o la erupción actual del volcán de La Palma.

De hecho, el secretario general del PSOE en Castilla y León llegó a bromear que, a la vista de todo lo que ha pasado en los últimos años, “sólo nos falta una invasión alienígena” bajo el mandato de Sánchez y celebró la “suerte” de tener a un socialista al frente de La Moncloa para afrontar y solucionar estos problemas.