Así lo indicó al intervenir en la segunda jornada de la Convención Nacional del PP en Valladolid, tras ser presentado por Casado. “El futuro de nuestra formación política y por tanto el de Europa tal y como la conocemos está en nuestras manos. Por eso he tomado la decisión de volver a la política polaca para no dejar nada al azar”, comentó en su intervención, convencido de que “las cosas sólo se vuelven irreversibles” cuando las personas creen que son así.

Tusk se deshizo en elogios ante Casado, al estimar que “muestra lo que significa un buen liderazgo en tiempos difíciles”. “El centroderecha europeo necesita unos líderes audaces, pragmáticos, con la mirada puesta en el futuro, jóvenes y fuertes”, indicó, y entre ellos citó de nuevo al presidente nacional de los populares.

“Gana las elecciones por el bien de nuestro partido, por el bien de España, por el bien de Europa. Te conozco, puedes hacerlo”, dijo al final en inglés, tras un discurso pronunciado íntegramente en español en el que dijo que se necesitan líderes como Casado y formaciones como el PP “en esta época de cambios radicales”.

“Habéis conseguido en estos tiempos tan difíciles para todos nosotros devolver la esperanza a los españoles de que su discurso no dependerá del resultado del enfrentamiento entre Vox y la izquierda radical, de que pueden contar contigo y con tu partido, con vuestra fuerza eficacia, serenidad y decencia”, trasladó a los líderes del PP español y concretamente a Casado.

En un análisis más global, Tusk también habló de “cuán inestable es el panorama político europeo” y de la “presión de las fuerzas radicales de izquierda y derecha, que es omnipresente”. Criticó de esta forma “el populismo de izquierdas y de derechas” que “presenciamos todos los días en nuestros países”.

Precisamente, consideró que “no hay mucha diferencia entre la derecha radical en Polonia y la izquierda radical en España”, puesto que actúan “de forma similar” y recuren a “métodos semejantes”. “El espíritu de la época les favorece”, lamentó, aunque dijo que la peor reacción ante esta situación sería perder la esperanza. “Si nos rendimos o entramos en pánico, los ciudadanos quedarán a la merced de los populistas”, avisó.

Y los gobiernos populistas, prosiguió Tusk, son “casi sin excepción corruptos hasta la médula”. Tras hacer estas consideraciones, dijo que no es casualidad que la palabra “popular esté en nuestra denominación” porque “no queremos ser ni seremos populistas”. “Estamos convencidos de que los europeos necesitan como el aire una filosofía política que combine armoniosamente la tradición con la modernidad”, remachó.