En rueda de prensa en la Cámara Baja, Rufián se revolvió ante las palabras del secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez Ruiz, aseverando ayer que la sede central de la Policía Nacional en la Via Laietana de Barcelona "ha sido y es un símbolo de servicio público desde la que varias generaciones de policías han contribuido y continúan contribuyendo a fortalecer la democracia".

En cuanto a si ha recibido alguna explicación de Interior o del PSOE tras estas palabras y si convertir la comisaría en un memorial de la lucha antifranquista será una de las reivindicaciones de ERC para negociar los Presupuestos, Rufián respondió que “es una reivindicación antifascista” decir que “no tiene ningún sentido que tengamos ahí una casa de la tortura”. “Eso no es opinión, es información y es historia”, sentenció.

Confesó que ha trasladado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el malestar de su partido, “siendo muy generosos con la palabra”, por las declaraciones del secretario de Estado. “Pedimos la comparecencia del ministro y la dimisión o rectificación del secretario de Estado”, reclamó.

“Y sí todo afecta al diálogo y a la negociación con un PSOE que vemos muy cómodo, demasiado cómodo y pensando que por decantación las cosas salen o que los votos caen del cielo”, prosiguió Rufián. “Aquellos que crean que fracasamos nosotros, se equivocan. Aquí, los primeros que van a fracasar son aquellos que aplauden según qué palabras desde La Moncloa, que lo van a ver desde su casa”, alertó.

“No sé si Sánchez está preparado para estar en su casa, creo que todavía querrá gobernar unos años más, pues eso se juega. Se está jugando eso”, incidió el portavoz parlamentario de ERC en la Cámara Baja.

Sobre si todo lo ocurrido con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, primero con su detención en Italia y luego con su salida de la cárcel, condiciona en algo la negociación presupuestaria, Rufián ahondó en que “todo lo que conlleve represión, más injusticia y más venganza por parte del Poder Judicial del Estado y por la inacción del Gobierno hace peligrar la vía de la política y fomenta la vía de los extremos”.

“Pero no hace falta irse a este fin de semana”, dijo Rufián, y puso de ejemplo las declaraciones del secretario de Estado sobre Via Laietana. “Son provocaciones, no a ERC o al independentismo, sino al diálogo y a la negociación política”. Es más, subrayó que esta vía del diálogo y la negociación es “evidentemente es frágil, como cualquier cosa que tiene tantos adversarios y enemigos”.

Precisamente por ello, Rufián dijo que “convendría cuidarla, aislarla y reforzarla”. Habló aquí directamente del PSOE y de esa “enorme irresponsabilidad” por las declaraciones del secretario de Estado de Seguridad. “Estoy convencido de que cuando dice que Via Laietana es una maravilla o no tiene idea de las torturas que pasaron allí o ya le parece bien, y las dos alternativas son terribles y van en contra del diálogo”, remarcó.

También de cara a la negociación presupuestaria, Rufián comentó que “sabe mal que se le tenga que convencer a un Gobierno hipotéticamente de izquierdas y progresista de que la gente tiene que acceder a una vivienda digna” y de que quienes tengan más, aporten “un poquito más”. En todo caso, recalcó que ERC no está hablando de “líneas rojas” a pesar de que estos asuntos son “muy importantes a la hora de negociar”.

Sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que aprobará hoy el Consejo de Ministros, apuntó que “todo lo que sea dignificar la vida de la gente siempre nos parece bien” y también se refirió a otras asignaturas “pendientes” como la derogación de la reforma laboral, fomentar el acceso al “trabajo digno”, hablar de la jornada semanal de cuatro días, etc.

Finalmente, arremetió contra el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, tras la polémica por unas palabras suyas sobre la edad de jubilación. “Creo que el PP está buscando ministros en la sombra y sería un buen candidato por las cosas que dice. Se trataría de que la gente encuentre trabajo con 35 y no con 75”, replicó.