Así consta en el documento ‘Afganistan´s fall into the hands of the Taliban’ publicado este martes en el que la organización junto con la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) y la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) constataron que “los talibanes avanzan sin tregua en la destrucción de todo lo conseguido en materia de derechos humanos en los últimos veinte años”.

El trabajo pone de manifiesto que desde que hace cinco semanas los talibanes se hicieran con las riendas de Afganistán “han demostrado claramente que no están dispuestos realmente a proteger o respetar los derechos humanos”.

En ese sentido, desde el pasado día 15 de agosto se han registrado ataques a defensores y defensoras de los derechos humanos prácticamente a diario, como lo demuestra el hecho de que los talibanes los estén buscando prácticamente puerta a puerta.

A su vez, las nuevas autoridades afganas allanan las oficinas y domicilios de los defensores de los derechos humanos, llegando a golpear a sus compañeros, lo que provocan que se vean en la obligación de huir o esconderse.

Del mismo modo, Amnistía Internacional ha recogido testimonios de periodistas que denuncian las amenazas y las intimidaciones que han sufrido desde que los talibanes asumieron el poder.

Por otro lado, debido al “clima de terror” provocado por los talibanes, muchas mujeres afganas ahora usan el burka, evitan salir de casa si no es acompañadas de un hombre y han abandonado las tareas que realizaban fuera del hogar para evitar las represalias.

A pesar de ello, algunas mujeres han salido a protestar a las calles, unas movilizaciones que los talibanes “han reprimido con violencia” y que han llevado al Ministerio del Interior a prohibir todas las manifestaciones y reuniones en todo el territorio de Afganistán.