Cáritas anunció que estos fondos se destinarán a paliar las consecuencias sociales y económicas de la crisis generada por la Covid-19. A través de cuatro proyectos orientados a la pérdida y la precarización del empleo, la caída de ingresos de los hogares, la disminución del rendimiento escolar o el deterioro de la salud física y psico-emocional.
En este sentido, parte de los recursos se dedicarán a garantizar el acceso a bienes de primera necesidad a familias en situación de exclusión social, así como al pago de suministros domésticos y alquileres. Asimismo, la aportación económica del sector asegurador sufragarán acciones de refuerzo educativo para menores de edad, actividades de ocio y tiempo libre para jóvenes de entre 6 y 21 años, y cursos de sensibilización para niños y adolescentes en situación de riesgo social.
La donación, coordinada por Unespa, permitirá impulsar cursos de formación para personas en situación de desempleo y desarrollar planes individualizados de reorientación laboral. En los programas de empleo de Cáritas participan cada año más de 60.000 personas que, gracias a la colaboración de 70 empresas de inserción, pueden aprender un oficio, adquirir una experiencia laboral e integrarse en el mercado laboral.
Por otro lado, las ayudas también favorecerán al programa de acompañamiento de mayores. La entidad ofrece ayuda a domicilio a estas personas, como servicios de acompañamiento, apoyo a situaciones de dependencia, cátering o lavandería. Estas medidas permiten a las personas mayores seguir viviendo en sus domicilios de manera autónoma.