Aunque el 55% de los jóvenes afirma vivir en una vivienda de alquiler, sólo el 30% considera esta opción para el futuro. En concreto, son los jóvenes adultos (de 25 a 34 años) quiénes más expectativas tienen de vivir en el futuro en una vivienda en propiedad, pues lo afirma el 73% frente al 52% entre los que tienen entre 18 y 24 años.
La directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, María Matos, señaló que lo que perciben con estos datos “es una gran frustración”, ya que “los jóvenes desean poder acceder a una vivienda con la misma facilidad que lo hicieron las generaciones anteriores”, pero “ahora, sus principales obstáculos para la compra” son “la precariedad laboral y la imposibilidad de ahorrar para hacer frente a los costes de la inversión inicial de una hipoteca”.
Por ello, “se necesitan ayudas directas, mientras se adoptan medidas que aumenten el parque público de vivienda en alquiler y fomenten las rentas asequibles”, añadió Matos.
Diferentes cuestiones a la economía son las que condicionan la compra de vivienda entre los jóvenes. En concreto, un 47% afirma que la falta de ahorro es lo que le hace posponer la compra, un 18% lo hace porque los precios no encajan con su presupuesto y otro 18% porque considera que los precios están muy altos y espera que se normalicen más adelante, una situación que es “más acusada” cuando se trata de los estratos más jóvenes (18 a 24 años).
No obstante, también un porcentaje importante (28%) de jóvenes que pretenden comprar más adelante que, sencillamente, ahora tienen otras prioridades de gasto. Según Fotocasa, “es un motivo que ha fluctuado mucho en las distintas fases que hemos pasado durante el último año y medio”, ya que “la incertidumbre sociosanitaria y económica, como es lógico, afecta mucho a las prioridades de gasto de los jóvenes”.
En cuanto al perfil del demandante, la media de edad del comprador es de 28,5 años, algo mayor que la de los inquilinos, que es de 26,5 años. Tanto en la demanda de compra como de arrendamiento, hay una mayor participación de las mujeres. En el caso de la compra son el 58 % y en el del alquiler el 62%.
Respecto a la situación laboral, un 75% de los compradores trabaja frente al 53% de los inquilinos. En cambio, un 20% de inquilinos son estudiantes frente al 6% de los compradores.
Por lo que se refiere al estado civil, hay un porcentaje mayor de personas solteras en el mercado del alquiler (59%) que en el de compraventa (49%), mientras que hay menos inquilinos casados o conviviendo en pareja: son un 39%, once puntos menos que entre los compradores.