Se trata de una tecnología que permite recargar las baterías de forma inalámbrica, a partir de los campos electromagnéticos generados por conductores eléctricos instalados en las carreteras.

Los coches llevarían unos chips que permitirían su identificación, con el fin de poder cargar estos servicios a la cuenta o tarjeta bancaria de sus usuarios.

Según responsables de IAV, esta tecnología podría estar lista para su comercialización en aproximadamente tres años.

Sin embargo, la construcción de carreteras dotadas de este sistema precisará importantes inversiones, por lo que es posible que en un principio sólo la utilicen tranvías y autobuses en áreas limitadas.

En Alemania un tramo experimental de carretera dotado con la tecnología de IAV ha obtenido buenos resultados, y el estado de Baja Sajonia prevé poner en marcha un proyecto piloto de la misma.