En total, en los ocho primeros meses del año se autorizaron 12.956 ERE que afectaron a 197.496 personas.

No obstante, la mayor parte de estos expedientes fueron de suspensión temporal del empleo (47,1%), mientras que el 32,4% fueron de reducción de la jornada y el 20,3% de extinción del contrato.

En comparación con el año anterior, los ERE autorizados crecieron un 14%, con un descenso del 18,8% en los de suspensión del empleo y un aumento del 185% en los de reducción de la jornada y del 12,4% en los de extinción del contrato.

Por su parte, el número de afectados creció un 3%, de los que más de la mitad (57,7%) sufrieron un expediente de suspensión temporal del trabajo. Por su parte, el 21% perdieron el empleo y el 21,1% vieron reducida su jornada laboral.

Según las características del procedimiento, el número de afectados aumentó un 17,2% en las extinciones de contrato y un 245,2% en las reducciones de jornada, mientras que cayeron un 20,8% en las suspensiones temporales.

De las 41.671 personas que perdieron su empleo entre enero y agosto, el 70,8% (29.505) fueron hombres y el 29,2% (12.166) mujeres.