Durante su comparecencia en una sesión extraordinaria de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, José Manuel Albares defendió el operativo desplegado para la evacuación desde el país asiático de los españoles, los colaboradores afganos y personas vulnerables.

Albares dedicó un recuerdo a los 102 fallecidos durante la presencia española en Afganistán y a sus familias, así como a todo el personal civil que trabajó en el país todos estos años. El jefe de la Cancillería subrayó el compromiso demostrado por el Embajador en Kabul, Gabriel Ferrán (cesado el 3 de agosto), la segunda autoridad de la legación, Paula Sánchez, y Sayed Saber, afgano y secretario de la embajada, quienes permanecieron hasta el final de la evacuación.

A juicio del ministro, “desde la crisis de Berlín de 1948, ha sido una de las evacuaciones más difíciles”, por su “extrema complejidad, por el tiempo en que fue montada y por su objetivo”. La consigna, dijo, “ha sido no dejar a nadie atrás”.

Sobre la posible crítica por no lanzar antes el rescate, Albares dijo que “nadie preveía la caída del Gobierno afgano en cuestión de días”, y señaló que los análisis de la OTAN y la ONU entre otros organismos sostenían que, a pesar de la retirada estadounidense, las autoridades afganas tenían la capacidad de resistir a los talibanes al menos durante meses. Y comentó que había datos objetivos que apoyaban esa previsión, como que el Ejército de Afganistán contaba con 300.000 efectivos, y con fuerza área, mientras que las fuerzas talibanes eran unos 75.000.

“El 11 de agosto, días antes de la caída de Kabul, fuentes estadounidenses todavía valoraban la capacidad de resistencia afgana frente a los talibanes durante tres meses”, afirmó, y destacó que el 15 de julio se recomendó a todos los españoles dejar el país. “Desde la embajada en la capital afgana se avisó, uno por uno, a los miembros de la colonia española” para recomendarles que salieran del país o no regresaran si estaban fuera. Por ello, cuando se agravó la situación el 15 de agosto, quedaban cinco españoles y el personal de la embajada.

Sobre la selección de las personas que España ha evacuado de Afganistán, José Manuel Albares defendió el “cuidadoso cribado” previo realizado por el Ministerio del Interior y el Centro Nacional de Inteligencia. Explicó que, una vez revisado ese listado, se envió a cada persona seleccionada “por teléfono, correo y sobre todo por WhatsApp”, un mapa con las indicaciones para la evacuación en español, inglés y dari, y el certificado necesario para acceder al Aeropuerto Internacional Hamid Karzai.

Allí eran identificados por los GEO o por el personal militar. Se contrastaba la información facilitada, se hacían entrevistas, y se llamaba a las autoridades en Madrid para confirmar las identidades. En la escala en Dubái se realizaba una última comprobación de identidad antes de acomodarlos antes del despegue hacia España.