Salguero, de 23 años, se presentó en el Centro Acuático de Tokio con el segundo mejor tiempo de los finalistas y no se movió de esa posición en la prueba decisiva, tanto al concluir el primer largo a la piscina como en el último toque de pared.

El nadador de Sabadell (Barcelona) detuvo el cronómetro en 1'09"91, que vale su peso en plata. La medalla de oro fue para el ruso Andrei Kalina, con 1'07"24 y a sólo 23 centésimas de su propia plusmarca mundial, y la de bronce acabó en manos del chino Guanglong Yang, con 1'10"48.

De esta forma, Salguero continúa en el podio paralímpico de los 100 metros braza SB8, ya que obtuvo el oro en Río 2016. Entonces era miembro del Equipo AXA de Promesas Paralímpicas de Natación.

"Pensaba que no lo podía hacer. Estoy emocionadísimo. Han sido dos años muy duros para mí, sobre todo psicológicamente. Me ha costado mucho, no ha sido mi mejor prueba, pero en los Juegos no importa la marca, sino el color de la medalla. Lo he dado todo, me he tirado a la piscina con una presión enorme, unas inseguridades enormes y he dado todo para conseguirlo", comentó Salguero al borde del llanto tras concluir su prueba.

Tras el oro en los 100 metros braza SB8 de los Juegos Paralímpicos de Río 2016, Salguero se proclamó campeón del mundo en México 2017 en esta misma distancia y sumó un bronce en 200 estilos. A continuación, completó la triple corona con su oro en el Europeo de Dublín 2018.