Entre las causas que reseña la organización, destacan los conflictos, el deterioro medioambiental, la pobreza, el hambre y, en el último año la emergencia derivada de la pandemia de Covid-19, que han llevado a poner al límite la supervivencia de millones de personas, fundamentalmente en los países más empobrecidos.

Según explicó Encarni Escobar, del Departamento de Proyectos de Manos Unidas, “hay situaciones en las que la ayuda y la asistencia humanitaria son fundamentales para evitar tragedias mucho más graves entre los colectivos de población más desfavorecidos”.

“Prueba de ello es, en estos momentos, Haití, donde un terremoto de magnitud 7,2 ha sembrado el caos y la destrucción en la Región Sur del país. Para dar respuesta a esta situación, nuestra ONG trabaja en estos momentos junto a sus socios en la zona para identificar las necesidades más inminentes de la población afectada”, añadió.

Por su parte, Escobar puso en valor el papel de los voluntarios con los que cuenta Manos Unidas, pues afirmó que su labor nunca podría llegar a tantas personas si no fuera por su empeño y trabajo, de quienes aseguró que son sus “trabajadores humanitarios”, y resaltó el papel que realizan en conjunto con sus socios locales, en muchas ocasiones pertenecientes a entornos religiosos.

“En economías prácticamente de subsistencia, en las que el apoyo estatal es casi testimonial, sobrevivir a las consecuencias de una pandemia mundial como la que nos afecta es, para millones de personas, un desafío que raya la heroicidad”, explicó.