Según informó el Defensor del Pueblo, tras recibir la queja, se inició la pertinente actuación con ADIF, que adujo “motivos de seguridad” y añadió que “no existía la posibilidad de que el menor fuera guiado hasta su asiento por el personal de la estación”, lo que provocó que el chaval accediera a las instalaciones sin el acompañamiento de un adulto y buscara el tren solo.

La institución que preside Fernández Marugán ya ha intervenido en el pasado sobre el servicio de acompañamiento de menores que viajan solos, ya sea en tren o en avión, una capacidad cuyo establecimiento es voluntario para las empresas, lo que ha motivado numerosas quejas de familias separadas con dificultades de mantener un régimen de visitas con ambos progenitores.

Ante esta situación, el Defensor indicó que es “necesario” disponer de “facilidades para que el menor pueda viajar solo si se quiere garantizar adecuadamente el derecho de los niños y niñas cuyos padres viven separados a mantener el contacto con ambos”.

En ese sentido, creyó fundamental la existencia de los servicios de acompañamiento de menores, y recordó que la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (Cdfue) establece el derecho de los chavales a “la protección y a los cuidados necesarios para su bienestar y a mantener de forma periódica relaciones personales y contactos directos con sus progenitores”.