El 35,3% de los encuestados aseguran que su situación económica es “regular”, mientras que el 10,7% aseguran que sus finanzas durante este año han estado en una situación mala (7,3%) o muy mala (3,4%).

Además, el 49,8% de los encuestados se consideran clase media-media, los que se integran en las clases alta y media alta son el 7,7%; los trabajadores, proletariado y obreros en general suman un 10,3%, y la clase baja y los pobres son un 9,2%.

En una pregunta con respuesta espontánea, casi la mitad de los encuestados (49,8%) se sitúa en la clase media-media y el 7,2% en la clase media-alta, mientras que sólo un 0,4% se considera de clase alta. El 14,2% se siente de clase media-baja y el 10% se considera de clase trabajadora. El 7,5% se clasifica como clase baja sin paliativos, los que se definen como pobres son el 1,7%, el proletariado un 0,3% y los que se perciben como excluidos suman un 0,1%.

Esta percepción de los encuestados tiene su correlación con la situación laboral de la población encuestada: El 64,9% son asalariados fijos, mientras que el 16,7% son asalariados eventuales o interinos, el 11,5% son autónomos y el 5% empresarios o profesionales con trabajadores a su cargo.

El CIS realizó este estudio a partir de 2.849 entrevistas realizadas entre ciudadanos de ambos sexos de 18 años y más en 1.007 municipios de 50 provincias. El trabajo de campo se realizó entre los días 21 y 29 de julio de 2021.