En referencia a la conferencia de paz de San Sebastián, Jáuregui dijo, en declaraciones a la Ser recogidas por Servimedia, que el Gobierno no ha formado parte de la conferencia y por tanto no se siente ni concernido ni interpelado por el contenido de la declaración hecha pública por los participantes en el citado encuentro.

Tras indicar que de alguna forma se puede considerar decepcionante el contenido de la declaración, inmediatamente añadió que el Gobierno no quiere hacer ninguna valoración del documento, "porque nos parece un papel más que se haya podido hacer, más allá de cuál sea su origen".

El titular de la Presidencia consideró que lo que se constata es que hay un pronunciamiento rotundo para que ETA deje definitivamente las armas, "y esto es lo único importante".

SU LITURGIA

En su opinión, todo este proceso puede formar parte de un guión, de "algo así como su liturgia", de "una liturgia que probablemente presagie el final. Esto es lo que verdaderamente puede interesar".

Ramón Jáuregui aseguró que la situación en la que se encuentra actualmente ETA es consecuencia de "una gran victoria democrática" de la sociedad española, de la sociedad vasca y de la democracia, y constata el "fracaso" de los terroristas. "Podemos problablemente estar tocando la paz con la punta de los dedos", añadió.

Por otro lado, se preguntó a sí mismo si después de tanto sufrimiento la democracia podría ser generosa para admitir de nuevo en el juego democrático a quienes han apoyado la violencia, a lo que respondió: "Yo creo que hay que decir que sí, pero punto, nada más".

Respecto a la posibilidad de que se consiga la reconciliación, indicó que habrá que recorrer un camino en esta dirección cuando exista la certeza firme de que ETA ha desaparecido.

Asimismo, rechazó las equidistancias que marcan algunos y declaró que el único relato posible de esta trágica página de la historia es que que "unos mataron a otros, mataron sin razón, y mataron a casi mil personas", al tiempo que destacó la firmeza del Estado de derecho contra este mundo violento.

Según el ministro, ETA se encuentra absolutamente sola y marginada y la sociedad vasca está exigiendo con claridad el abandono definitivo de las armas. Por ello, opinó que el entorno etarra "está desarrollando un guión que quiere justificar ante su propio mundo el abandono de la violencia".

Igualmente, aseguró que el Gobierno mantiene impasible su estrategia hasta que acabe la violencia y que la democracia no ha pagado ningún precio político por que dejen de matar.

También dijo en tono tajante que no habrá ningún gesto hacia los presos de ETA antes de que la banda terrorista abandone las armas -"cuando eso suceda ya veremos", añadió-, y finalizó haciendo un llamamiento a la firmeza y a la unidad de las fuerzas democráticas.