Durante su visita a la Casa de Campo, una de las zonas donde el temporal fue “más devastador”, según este Ayuntamiento, Almeida comprobó las labores de limpieza, poda y desbroce que han realizado los servicios técnicos municipales durante los últimos meses sobre más de 100.000 hectáreas.

El plan presentado por el alcalde y por el delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento, Borja Carabante, consiste en un decálogo de actuaciones que utilizarán de base las recomendaciones que el Consejo Asesor del Arbolado ha plasmado en su informe final, un documento que servirá de guía científica a los servicios municipales en todos los planes para el arbolado de la capital que se realicen a medio y largo plazo.

Almeida aseguró que trasladará tanto a los grupos municipales como al conjunto de la ciudadanía el trabajo desarrollador por el Consejo Asesor del Arbolado para que, “entre todos y con esfuerzo colectivo”, se pueda seguir “disfrutando de un Madrid mejor y seguir mejorando y construyendo una ciudad como Madrid”.

DECÁLOGO

La borrasca Filomena que azotó Madrid en enero causó daños en 800.000 árboles de los 1,74 millones de ejemplares de más de 500 especies distintas que tiene la ciudad, el 46% de su masa. De esta cifra, el 10% cayó, fue o tendrá que ser talado.

Para recuperar este daño, el documento presentado hoy marca la senda para incrementar el número de árboles en la capital, su seguridad y adaptación a la ciudad. Entre sus conclusiones, destaca la labor de mantenimiento municipal sobre las zonas verdes, si bien señala que deben articularse “nuevas herramientas y protocolos que permitan actuar y adaptarse de manera rápida y eficaz ante eventos” con el fin de evitar que los efectos sean “de gran magnitud”.

Las medidas de este decálogo consisten en realizar la plantación “más importante de la historia de la ciudad” con 100.000 ejemplares; situar nuevos árboles en los 20.000 alcorques vacíos de la capital; el desarrollo de una herramienta informática de apoyo a la toma de decisión de selección de especies para plantar, y la extensión del actual protocolo de actuación en El Retiro ante situaciones adversas al resto de parques históricos de Madrid.

También la incorporación de nuevas prestaciones sobe el arbolado viario en los futuros pliegos del Servicio de Revisión y Vigilancia del arbolado (Server) relacionadas con protocolos ante situaciones meteorológicas adversas relacionadas con viento y nieve, y el diseño, aprobación e implementación de planes directores para la gestión de parques históricos y singulares.

Otras medidas consisten en recoger como obligatorias todas las medidas del informe de este Consejo en los planes de gestión de los nuevos contratos de conservación, mantenimiento y limpieza de las zonas verdes, y en la promoción de la conectividad ecológica para que todas las zonas que tengan más de cinco hectáreas de superficie estén como mínimo unidas con otra zona verde de al menos igual tamaño.

Las dos últimas medidas del decálogo son la configuración del Plan de Fomento de la Biodiversidad Urbana que se está elaborando como el instrumento de gestión y transformación del concepto ‘zona verde’ al ‘espacio ecológico urbano’, y el establecimiento de una metodología específica que permita la valoración global de los ecosistemas verdes urbanos con el objetivo de conocer y poner en valor la contribución del arbolado y las zonas verdes al bienestar y al desarrollo económico y social.