La investigación, según informó este jueves la Guardia Civil, comenzó a raíz de una comunicación del National Center for Missing and Exploited Children (NCMEC) al Departamento de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por medio de los canales habituales de colaboración con la agencia estadounidense Homeland Security Investigations (HSI).

Una persona sin identificar estaba compartiendo fotografías de una menor de edad tomadas sin su conocimiento mientras se encontraba desnuda en un cuarto de baño. Aparte de dichas imágenes, se encontraron otras fotografías y vídeos en las que se veía a una mujer adulta manteniendo relaciones sexuales con un varón, y montajes fotográficos que comparaban físicamente a esta persona con otra menor de edad. La mujer, tras las indagaciones pertinentes, resultó ser la madre de la niña.

Todo ello llevó a vincular directamente las imágenes analizadas con un hombre adulto residente en la localidad coruñesa de Milladoiro, una vez centrada la posible ubicación del autor de los hechos. De esta forma, también se pudo identificar a la menor que aparecía desnuda en las imágenes facilitadas por HSI, que se trataba de la hija de la pareja sentimental del investigado.

En el momento en el que se identificó al posible autor de los hechos, y con las correspondientes autorizaciones judiciales, se procedió a registrar su domicilio, encontrándose evidencias que lo relacionarían con los hechos investigados, interviniéndose diverso material informático y varias cuentas en redes sociales utilizadas para la actividad delictiva.

CÁMARA OCULTA EN EL BAÑO

El estudio de las evidencias intervenidas permitió comprobar que la persona a la que se le imputan dichos delitos había instalado un software malicioso en el ordenador que ella utilizaba para poder, entre otras cosas, acceder en cualquier momento a la webcam de la niña. Asimismo, había instalado en el baño de la vivienda una cámara oculta con el objetivo de grabar imágenes de la intimidad de la menor.

El análisis de los diferentes dispositivos permitió descubrir que el investigado poseía cuentas de redes sociales en las que se hacía pasar por una joven, estableciendo relaciones sentimentales ficticias con varias menores, que le posibilitaron obtener de ellas fotografías y vídeos de contenido sexual para posteriormente difundir el material en una popular plataforma de mensajería.

Además, era muy activo en una red social orientada al intercambio de fotografías y vídeos, en la cual compartía con múltiples contactos archivos de contenido sexual de varias personas que habían sido obtenidos sin su conocimiento. A tenor de las investigaciones, varias de las víctimas de este tipo de actividad eran exparejas del detenido.