Así lo refleja un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a partir del análisis de los precios de más de 10.000 gasolineras de toda España entre los meses de febrero y mayo y que calcula por separado los precios de las estaciones de servicio de Canarias, Ceuta y Melilla porque su nivel impositivo es “muy diferente”, según precisó este miércoles en un comunicado.

Con los datos obtenidos, ha calculado un índice con los precios medios de cada gasolinera en el periodo para cada tipo de combustible y ha observado diferencias de precios “notables” entre diferentes cadenas, siendo Bonarea, GM Oil, Gas Expres, Petroprix y E. Leclerc las más baratas y Cepsa, Repsol, BP e IDS, las más caras, con diferencias “mínimas” entre ellas.
En el caso del diésel, la diferencia entre Bonarea, la cadena más barata, e IDS, la más cara, es, de media, 21,5 céntimos por litro y en el caso de la gasolina de 95, la diferencia es de 20,2 céntimos.

Según los cálculos de OCU, estas diferencias suponen, para un vehículo con un uso y consumo “estándar”, una diferencia de más de 250 euros para ambos combustibles, por el menor consumo del diésel y el mayor precio de la gasolina.
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El estudio también presenta un ranking de los precios del combustible por provincias y, en este sentido, Baleares, Madrid y Guipúzcoa son las provincias más caras y Almería, Lérida, Murcia, Valencia, Teruel, Zaragoza, Huesca, Soria y Navarra, las más baratas de la península.

La investigación de OCU también señala que las zonas agrarias y las provincias por las que discurren grandes vías de comunicación son las que tienen precios más bajos, si bien en ciudades como Pontevedra, Huelva, Teruel, Orense y Oviedo las diferencias son “muy pequeñas”. En Gran Canaria, Valencia y Madrid, el porcentaje de gasolineras con precios bajos es el menor y resulta “más difícil” encontrar estos surtidores, según la organización, que resalta cómo en Madrid o Barcelona elegir “bien” dónde repostar puede suponer un ahorro de más del 25%.
OCU denunció la “importante” concentración que presenta el mercado español de distribución de carburantes y lamentó que las gasolineras no trasladaron en su integridad la “acusada” bajada del precio del petróleo durante el confinamiento. Es más, según sus cálculos, desde el mes de noviembre los consumidores sufren “de inmediato” el incremento del precio de los carburantes, que, advirtió, “va a provocar un sobrecoste anual de 250 euros en el caso del diésel y de 300 euros, en el caso de las gasolinas”.