Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que en el periodo entre el 1 de enero y el 20 de junio de 2021 se quemó menos que el promedio del decenio, que es de 28.942,84 hectáreas, pero más que en 2016 (9.288,39), 2013 (8.800,50), 2018 (9.459,79), 2020 (15.540,52) y 2015 (19.426,30). El peor año fue 2012 (70.624,36).

Entre el 1 de enero y el 20 de junio se produjeron 3.317 siniestros forestales, de los que 1.161 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 2.156 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,085% del territorio nacional, un total de 1.861,13 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 13.556,90 hectáreas de matorral y monte abierto, y 8.164,42 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, las comunidades interiores (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora) concentraron un 40,37% de los incendios y conatos forestales, mientras que el resto de los siniestros se reparten entrte el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora), con un 39,01%; el área mediterránea, con un 20,41%, y Canarias, con un 0,21%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, un 59,30% pertenece al noroeste; un 19,62% a las comunidades interiores; un 13,15% a Canarias, y un 7,93% al área mediterránea.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo en el noroeste (42,94%), por delante de Canarias (31,86%); las comunidades interiores (19,66%) y el área mediterránea (5,54%).