Sus manifestaciones las realizó durante el diálogo 'Desafíos y Oportunidades para la reconstrucción' celebrado por Servimedia en colaboración con Grant Thornton, al ser cuestionada sobre el riesgo de que haya una avalancha de ajustes así en empresas antes de que entren en vigor medidas de reducción en la prestación cuando el retiro sea muy temprano.

Si bien quiso ser prudente y evitar “especular con este tipo de conductas”, sí compartió que desea creer que las empresas y los ciudadanos “toman sus decisiones sobre la base de su situación económica y de la contribución y el valor añadido que tienen cada una de las personas”.

Calviño se declaró “muy contraria” a dicha penalización de las personas porque tienen una determinada edad en los ajustes de personal, convencida de que “las personas son tremendamente valiosas y a las empresas les interesa explotar, en el sentido positivo, su valor añadido, sus capacidades y su talento”.

“¿Hasta dónde? Hasta dónde esa persona también quiera”, reflexionó, rehuyendo especular “con ese tipo de comportamientos porque me parece que serían muy cortoplacistas y muy poco estratégicos por parte de las propias empresas”.

Calviño admitió que el interés del Gobierno es “que no se fuerce a un comportamiento irracional por parte de las personas ni las empresas” e ir, “poco a poco, avanzando hacia un mercado laboral que esté más alineado con el de otros países” y que “se alinee más también con nuestra capacidad de seguir siendo activos y nuestra esperanza de vida”.

Según Calviño, la negociación con los agentes sociales “está muy avanzada”. “Estamos cerca de un acuerdo, pero quedan todavía algunos flecos que cerrar”, puntualizó, explicando que, aunque resulta “urgente” tomar medidas, su impacto “no va a ser inmediato”.

GARANTIZAR LAS PENSIONES PÚBLICAS

Al respecto, abundó en que el problema con las pensiones no es a corto plazo, pero hay que “transmitir a los ciudadanos que estamos comprometidos con mantener la capacidad adquisitiva de las pensiones” en el sistema público de pensiones, “que es la joya de la corona de nuestro Estado de bienestar, es sólido y tiene una sostenibilidad financiera que nadie debe poner en duda”.

Sin embargo, a largo plazo y con la perspectiva de la jubilación de los ciudadanos del ‘baby boom’ sí se producirá un aumento relevante de los costes y, por eso, indicó que para “garantizar” que se mantiene la capacidad adquisitiva de las pensiones “de aquí a 20 y 40 años” hay que “empezar a tomar medidas ahora”.

“Quiero incidir en esta idea porque hay veces que la sensación de urgencia se traduce en una sensación de un problema inminente y no es así”, agregó, indicando que se aborda por responsabilidad porque toca “tomar ahora las medidas para que no haya un problema que lastre las posibilidades y las oportunidades de las generaciones futuras dentro de 20 años”.

Entre las actuaciones, indicó que debe continuarse en la reforma del 2011 para que la edad real de jubilación se vaya acercando a la edad legal, algo “perfectamente coherente con el hecho de que va mejorando nuestra calidad de vida” y esperanza de vida, además de que “nuestra economía necesita que nos mantengamos activos”.

Al ser cuestionada sobre el objetivo también de favorecer que las empresas nutran huchas para las pensiones de sus empleados y cómo va la construcción del fondo público de pensiones de empleo, afirmó que “no es un tema urgentísimo”, porque “lo más importante en este momento es reforzar el primer pilar: el sistema público de pensiones” y que “tiene que ser nuestra prioridad”.

No obstante, apuntó que, “en paralelo”, habrá que ir desarrollando esa acumulación de ahorro en las empresas o también llamado segundo pilar para “acercarnos un poco más a los países más avanzados en este sentido”.