En un encuentro con periodistas, la coordinadora puso de manifiesto que “los sistemas de alerta temprana para evitar este tipo de crisis humanitarias funcionaron”, pues ya en diciembre de 2010 se avisó de que “el Cuerno de África se estaba deteriorando y todo apuntaba a que una crisis alimentaria estaba a la vuelta de la esquina”.

Según informó en nota de prensa, en un año el número de personas en riesgo de muerte se ha más que duplicado, pasando de 350.000 a 750.000.

En la jornada participaron Cáritas, Acción contra el Hambre y el Servicio Jesuita a Refugiados entre otras organizaciones, y alertaron de la dificultad de llegar a las comunidades rurales en Somalia.

“La peor sequía en 60 años, el alza del precio de los alimentos, la falta de inversión en desarrollo en las zonas afectadas y el conflicto de Somalia” impiden que la población acceda a recursos alimenticios y que los refugiados puedan volver a su hogar”, señalaron.

Además, resaltaron que la temporada de lluvias para el próximo año se prevé escasa, lo que hace temer que la situación empeore en los próximos meses.

Los campos de refugiados “parecen campos de desnutridos”, afirmó la coordinadora, que no obstante destacó “las historias de superación” y “la capacidad para aprovechar las oportunidades” de estas personas.

Por último, las ONG subrayaron la necesidad de escolarizar a los niños y exigieron a la comunidad internacional cumplir con sus compromisos.

A su juicio, hay planes concretos que no se ponen en marcha, como el apoyo a los sistemas agrícolas en la región, el control del precio de productos básicos o la liberación de reservas de alimentos regionales, nacionales y locales.

“Si se cumplieran los acuerdos internacionales y se escucharan los sistemas internacionales creados para alertar de situaciones de este tipo, no seguiríamos asistiendo a la primera hambruna del siglo XXI”, concluyeron.