Economía

Cos pide construir un mecanismo permanente de estabilización fiscal en Europa para encarar futuras crisis

MADRID
SERVIMEDIA

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, reclamó este martes construir “un mecanismo permanente de estabilización fiscal” que “facilite” la toma de decisiones conjuntas en Europa “en tiempo real”, como podría ser un sistema de prestaciones para desempleados y completar la Unión Bancaria para encarar con mayor preparación futuras crisis.

Su demanda la formuló durante el Foro Económico Internacional organizado por ‘Expansión’, donde valoró que Europa haya encarado de forma conjunta esta crisis frente las actuaciones individuales o por países que siempre habían tenido lugar en situaciones anteriores, haciendo más difícil solventar los problemas.

A su juicio, las acciones concertadas “son absolutamente necesarias” cuando los retos son globales, ya que “son superiores en términos de resultados a las acciones individuales”, siendo esto además particularmente válido en el caso europeo, “en el que el grado de integración económica es muy, muy elevado”.

“¿Es suficiente? Yo creo que no”, reflexionó a continuación, destacando que si Europa quiere ser un actor fundamental a escala global y encarar con solvencia futuras crisis debe resolver primero “los deberes” pendientes. Entre ellos apuntó, precisamente, construir “un mecanismo permanente de estabilización fiscal que facilite las decisiones en tiempo real” para evitar tener que tomar medidas ‘ad hoc’ como ha ocurrido con la pandemia.

A título de ejemplo, refirió que los economistas apuestan por crear un estabilizador automático como podría ser un sistema de prestaciones por desempleo común, “e incluso la posibilidad de tener institucionalizada la posibilidad de activar medidas discrecionales de una mayor potencia porque sabemos que hay determinadas crisis como ha sido ésta donde los puros estabilizadores automáticos, incluso a escala europea, no son suficientes”.

El citado mecanismo para el desempleo sería un sistema común donde se activarían las contribuciones a los países cuando superasen determinadas tasas de desempleo, cuyo umbral indicó que se podría establecer con base a cálculos de diferencias con respecto a la media de cada uno de los países “para que no hubiera contribuyentes netos permanentes y otros receptores netos”.

“Lo positivo de este tipo de mecanismos es que son perfectamente automáticos”, explicó, indicando que es así porque se ligan a alguna variable que, cuando se dispara como consecuencia de una crisis económica, “genera la transferencia o los flujos de renta que ayudan a compensar y estabilizar automáticamente la economía”. “La dificultad no es desde un punto de vista técnico o económico sino, a veces, desde un punto de vista político: de ponerse de acuerdo para esa reserva”, refirió.

En su opinión, estos mecanismos automáticos serían, en cualquier caso, “sólo una pata” de todas las mejoras de la gobernanza europea que ya han tenido lugar en la última década a raíz de la crisis de deuda soberana, aunque apuntó que algunos de los elementos que se lanzaron en su día continúan “incompletos”.

En particular, afirmó que se ha avanzado “mucho” en la dimensión de la Unión Bancaria con la creación del Mecanismo Único de Supervisión en Francfort, pero aún “carecemos de un fondo de garantía de depósitos común europeo plenamente mutualizado, que en circunstancias extremas ayude a eliminar los aspectos de fragmentación financiera” si hubiera que recurrir a resoluciones de bancos.

Por otro lado, señaló la incongruencia y el problema que presenta que hay bancos supervisados en Francfort y si hay problemas son resueltos por Bruselas, pero “los costes son individuales de cada uno de los países”. “Yo creo que esto no se sostiene políticamente, más allá de que económicamente sería deseable cerrar esa pata de la que la Unión Bancaria”, reparó.

En tercer término, urgió a desarrollar la Unión de Mercados de capitales, ya que su falta de concreción “condiciona en gran medida también el desarrollo económico que también es necesario para que Europa lidere muchos de los procesos globales”.

Según abundó, Europa tiene “dos grandes fallos” en ese terreno: los mercados de capitales se encuentran mucho menos desarrollados que en Estados Unidos y en el mundo anglosajón, en general, de forma que dan menos soporte en forma de financiación a las empresas continentales, y “estamos poco integrados” porque existe una “elevada fragmentación en esa financiación de mercados de capitales, incluso de mercados bancarios también”.

Cos incidió en la importancia de su desarrollo cuando precisamente se van a abordar los ambiciosos planes de recuperación y transformación de las economías, y que incluyen programas tan claves como la digitalización y modernización de las economías.

(SERVIMEDIA)
08 Jun 2021
ECR/clc