Según informó este sábado la Junta de Andalucía, este modelo acerca la asistencia al entorno más cercano de las personas con enfermedad mental grave.

Este modelo asistencial se dirige a las personas diagnosticadas de trastorno mental grave que están o pueden llegar a estar en una situación de alto riesgo (de suicidio, recaída, abandono, explotación o abuso, desinhibición, deterioro cognitivo o riesgo para personas menores) y que requieren una atención más intensiva.

Para llevar a cabo este proyecto, la Consejería de Salud y Familias impulsará una red de 40 equipos intensivos comunitarios de este tipo integrados por 80 nuevos profesionales sanitarios (40 facultativos especialistas -psiquiatras o psicólogos clínicos- y 40 enfermeras especialistas en salud mental) con el fin de reforzar la actividad asistencial y mejorar la calidad de la atención de las personas con problemas de salud mental graves.

Estos equipos multidisciplinares abordarán el tratamiento integral de los casos: manejo farmacológico, psicológico, rehabilitación y servicios de soporte que necesite cada paciente para vivir de manera autónoma en su comunidad.

Cada equipo atenderá a un número limitado de pacientes, adaptándose a las necesidades de los mismos; garantizando la continuidad de cuidados y adherencia al tratamiento; y manteniendo en todo momento un contacto frecuente con el paciente y familia. La cobertura horaria del programa será de 8 a 15 horas de lunes a viernes.

ATENCIÓN PRIMARIA

De forma paralela a estos recursos, y para dar respuesta a una problemática de salud mental de intensidad leve-moderada de alta prevalencia en Atención Primaria, se inició un proyecto piloto con la incorporación de un psicólogo clínico que tiene como objetivo dinamizar y mejorar los recursos asistenciales de Atención Primaria.

Los objetivos de este proyecto son conseguir una mejor atención a estos problemas de salud mental en Atención Primaria, evitando al mismo tiempo una innecesaria medicalización.

Cada una de las 26 unidades de gestión clínica contará con un psicólogo clínico como punto de partida de un proyecto piloto.