Según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, este año se han notificado 18 fallecimientos menos que en 2020, que abarcó gran parte del confinamiento por la pandemia de la Covid-19.

Estos datos confirmaron la tendencia a la baja que el INA ha venido registrando en los meses pasados y que determinó que el primer trimestre de este 2021 también diese las cifras más bajas de la serie histórica.

Las 55 personas que perdieron la vida entre el 1 de enero y el 31 de mayo suponen un tercio del peor año, 2016, en que se registraron 155 muertes en el mismo período, y queda también muy lejos de las 141 de 2017, las 92 de 2018, y las 88 y las 84 de 2019 y 2015.

Pese a ello, el director de Prevención y Seguridad de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, Francisco Cano, reiteró la necesidad de reforzar la seguridad en el entorno de los espacios acuáticos y las actividades de prevención, ya que la mayoría de estas muertes pueden ser evitadas.

El perfil de la persona ahogada durante el pasado mes de mayo es el de un hombre (93 %), de nacionalidad española (57 %), con una edad que está entre 18 y 25 años (28,6%) o entre 55 y 64 (24,4%), que falleció en una playa (50%), entre las 10 y las 16 horas (64,3%) y, en cualquier caso, en un suceso acaecido en un espacio sin vigilancia de socorristas (86 %).

Andalucía volvió a ser la Comunidad Autónoma con más muertes en mayo, cuatro, el mismo número que la Comunidad Valenciana, y es el territorio que más pérdidas de vidas humanas acumula en los cinco primeros meses del año, 15, el 27,3% del total. En mayo registraron también dos fallecimientos por ahogamiento Aragón, Castilla-La Mancha y Cataluña.