En unas declaraciones en Antena 3 recogidas por Servimedia, Ribera fue preguntada por la nueva tarifa eléctrica, en vigor desde el pasado martes, y que se estructura en distintos tramos horarios en los que la luz sería más cara en el tramo punta (entre las 10 y las 14 y entre las 18 y las 22), con un premio medio en el tramo llano (de 8 a 10, de 14 a 18 y de 22 a 00) y el precio más barato en el tramo valle (de 00 a 8 y los fines de semana y festivos al completo).

Llamó la atención sobre las llamadas de comercializadoras eléctricas “ofreciendo una reacción muy rápida” para reducir la factura de la luz y alertó de que “nuestra experiencia, y en eso está vigilante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), es que esas ofertas vienen con trampa y tiene como consecuencia aumentar nuestra factura".

Ribera defendió que el nuevo esquema “no es un tarifazo, no es un tetris”, y que el 75% de los consumos se producen en los tramos valle y llano, lo que “hace que para muchas familias esto no tenga ningún tipo de efecto” y “si hacemos más o menos lo mismo en una gran parte de las familias no se produce ningún inconveniente”.

La vicepresidenta cuarta puso el ejemplo de que, si se pusieran 40 lavadoras al mes, algo que sucede “en muy pocas casas”, en las horas más caras la factura se elevaría en cuatro euros. Admitió que “hay consumos que se mantienen en las horas normales porque no se pueden cambiar” pero en otros “podemos introducir pequeños cambios” en favor de “no tener que incrementar exponencialmente nuestra inversión en infraestructuras de redes de distribución” para atender una demanda concentrada en horas punta. Comentó que puede producirse con “ese pequeño reflejo” o con la domótica “una gestión mucho más razonable de nuestros consumos”.

Ribera destacó que la nueva tarifa eléctrica coincide con un momento en el que “la electricidad está cara y esto sí que nos preocupa mucho” y “no se corresponde con el coste real de la inmensa mayoría de la electricidad que se produce”.

Por otra parte, fue preguntada por el aumento del precio del petróleo y consideró que comparar los costes del año pasado con los de este ejercicio “tampoco es muy razonable” por tratarse de “dos extremos”, ya que el año pasado “no hubo demanda en absoluto” por el impacto del coronavirus y “ahora estamos recuperando la normalidad desde el punto de vista de los desplazamientos”. Observó que las ventas de los combustibles “van recuperando la normalidad a velocidad de vértigo con las ganas que también tiene la gente de poder desplazarse”.