Se trata de la primera Junta que celebra el nuevo banco tras la fusión y Goirigolzarri aprovechó para reivindicar “el excelente gobierno corporativo” y “la responsabilidad social” del grupo, cuando el foco está particularmente puesto en las retribuciones del Consejo que someterá a votación de los accionistas después de que el Gobierno denunciase los altos sueldos en las cúpulas directivas de los bancos cuando aplican despidos colectivos.

Durante su intervención, Goirigolzarri dibujó para los accionistas el entorno “competitivo” que enfrenta el negocio financiero, donde los márgenes están presionados por un escenario de tipos negativos, que ya arrastran las entidades “desde hace más de cinco años” y “debe asumirse como un cambio estructural” del negocio porque el mercado no espera que el euríbor vuelva a positivo “hasta octubre de 2024”.

“Ello nos está obligando a repensar el modelo tradicional porque determinadas actividades dejan de ser rentables y es necesario incrementar las fuentes de ingresos con otras actividades, como, por cierto, lleva haciendo desde hace tiempo CaixaBank con notable éxito”, apuntó.

Entre los factores que ejercen presión y obligan a reaccionar reparó en que la banca enfrenta también “una auténtica revolución tecnológica cuya velocidad se va a acelerar en el futuro”, y que afecta a todos los elementos de la cadena de valor del negocio, desde las infraestructuras a los canales de distribución, pasando por la relación con clientes.

Según abundó, eso “exige una profunda reconfiguración” del ‘core bancario’ y obliga a competir con rivales, que, “o parten desde fuera del sector financiero con una potencia y capacidad extraordinaria, o lo hacen desde la actividad bancaria ‘exnovo’, sin los ‘legacies’ que tenemos los bancos tradicionales”.

A eso indicó que se añade una competencia en la financiación que crece “de forma extraordinaria” de la mano de los competidores no bancarios del ‘shadow banking’, que a finales del 2019 copaba ya el 40% de los activos financieros en todo el sistema europeo. Y por último reparó en que el negocio se ha hecho aún más desafiante porque el propio cliente quiere cada vez más una relación digital, favoreciendo así la entrada en el negocio de nuevos jugadores y de las grandes tecnológicas.

Ante este escenario mostró su convencimiento de que la fusión “da un excelente punto de partida en términos de músculo financiero para acometer las inversiones necesarias”, pero expuso que también exige ser más eficiente para competir mejor. “Mirando al futuro, esta situación nos va a obligar a tomar decisiones estratégicas muy importantes, pero, sobre todo, nos va a obligar a ser una organización enormemente flexible, capaz de responder con una enorme velocidad a un entorno cambiante”, refirió.

Goirigolzarri, quien quiso dirigirse por vez primera en la Junta de CaixaBank con “un mensaje muy realista”, resumió que hay “enormes retos por delante” que exigen reaccionar y que, con la propia fusión, requerirá un “redimensionamiento” de plantillas que ya se ha comenzado a negociar con sindicatos con el propósito claro “de llegar a acuerdos”.

AJUSTE EN UNA SOLA VEZ

Si bien reconoció que “son momentos delicados”, defendió que el ajuste se realice de una sola vez porque “esta situación genera incertidumbre para las personas” y es mejor “acotar el tiempo”. Dicho esto, y a pesar del mundo crecientemente tecnologizado, aseguró que “las personas seguirán siendo el factor más importante para el éxito” del negocio ante la necesidad de atender a los clientes y la gestión del equipo “debe tener siempre una visión de anticipación para asegurar la sostenibilidad de nuestro proyecto”.

El banquero había iniciado su intervención recordando que la propia fusión fue aprobada por los accionistas en diciembre “con un apoyo superior al 99% en las Juntas de ambos bancos” y ha dado lugar al principal grupo financiero de España, “con una clara vocación de liderazgo ibérico”. “Nace con la confianza que nos otorgan más de 21 millones de clientes en España y Portugal, así como con el respaldo de todos ustedes, señoras y señores accionistas”, indicó.

Según recordó, la propia fusión es la “respuesta estratégica a los enormes desafíos que como sector nos enfrentamos”, y permitirá tener “un tamaño crítico para mejorar la eficiencia y disponer de una mayor capacidad de inversión en tecnología e innovación”, contar con mayor “robustez financiera” para encarar la crisis a la vez que se apoya a clientes y lograr “una rentabilidad sostenible”, con un mix de negocio “equilibrado”.

“Pero este es un punto de partida, nuestra labor como gestores es asegurar la sostenibilidad del proyecto en el futuro”, prosiguió, indicando que eso se consigue con un modelo de gestión “responsable” donde los clientes “estén satisfechos” y los profesionales “se sientan reconocidos”.

En este punto reivindicó que la entidad cuenta con “un gobierno corporativo excelente” y “un claro compromiso con la sociedad”. Goirigozarri garantizó que el banco disfruta de con “un consejo excelente, con currículos brillantes y complementarios, con una enorme experiencia y con una representación del 60% de consejeros independientes” en la Junta que deberá votar su remuneración.

Ensalzó que se encuentra compuesto “por personas de reconocido prestigio, con una enorme experiencia, una gran independencia, y con un incuestionable compromiso”, además de seguir las recomendaciones de buen gobierno corporativo como lo revela también que el 40% de sus vocales sean mujeres “con una gran trayectoria profesional”.