Según informó el Ministerio del Interior en un comunicado, los detenidos mantenían actividades en línea con la estrategia global marcada por la organización terrorista Dáesh como la realización de pintadas en zonas comunes de las prisiones y la difusión a través de correspondencia postal de contenidos para incitar a la afiliación terrorista.

En el Centro Penitenciario de Murcia II se detuvo a un individuo identificado como I. M., preso preventivo por delitos de terrorismo y conocido por su actividad radical y adoctrinadora. La investigación desveló que sus actividades delictivas en prisión no eran hechos aislados, sino que obedecían a una estrategia común.

En el Centro Penitenciario de Teixeiro (A Coruña) se detuvo al individuo identificado como R.B., que cumple condena por delitos contra el patrimonio, aunque en la categoría de interno de especial seguimiento (FIES) por su radicalización en la cárcel.

Por último, se detuvo a M.D. en la localidad de Ceuta. Esta persona estuvo en prisión dos períodos diferentes y en ambos ejerció actividades proselitistas y de difusión de consignas yihadistas.

En la investigación, dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional y coordinada por la Fiscalía, fue clave la actividad de control y seguimiento realizado por la SGIP al objeto de identificar las actividades de los ahora detenidos.

La operación puso de manifiesto que las actividades de los detenidos se pueden enmarcar en una dinámica grupal más amplia, en la que de manera concertada y coordinada centran sus esfuerzos en radicalizar, captar y adoctrinar ideológicamente en los postulados de la organización terrorista Dáesh a nuevos individuos dentro de prisión.