Así lo dijo en la rueda de prensa para exponer las reformas que competen a su Ministerio del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

El nuevo sistema de cotización para los autónomos basado en sus ingresos reales está previsto en el componente 30 del plan, relativo a la sostenibilidad del sistema público de pensiones, y en el mismo se recoge que se aprobará en el primer semestre del año que viene y se implantará gradualmente a partir de entonces.

Escrivá precisó que la aspiración es tener el cambio normativo “antes del primer semestre de 2022” y empezar a aplicarlo en 2023, “siempre con procesos de despliegue muy graduales en el tiempo”. “Realmente, tenemos muy discutido esto con los agentes sociales”, desveló.

En el Plan de Recuperación se recoge que la posibilidad de elegir la base de cotización que actualmente tienen los autónomos resulta en que casi el 85% opta por la base mínima; del resto, menos del 9% lo hace por bases que no superan 1.964,70 euros al mes –con una base media de 1.435,70 euros mensuales–, mientras que apenas el 6,6% cotiza por bases próximas a la máxima.

“Esta es la principal explicación de que la recaudación por cuotas solo represente el 57,02% del gasto en prestaciones, circunstancia que agrava el déficit” del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y que terminó 2019 con un desequilibrio de 8.673,14 millones. A su vez, las pensiones de los autónomos son sensiblemente inferiores a las de quienes cotizan por el Régimen General, según se explica en el plan.

Destaca que la cotización por ingresos reales es una reivindicación histórica del colectivo y una de las recomendaciones del Pacto de Toledo y que la reforma alcanzará a todos los autónomos.