Su estimación la formula en la actualización del ‘Informe sobre la Programa de Estabilidad’ presentado este martes por la presidenta de la Airef, Cristina Herrero, y donde augura que habrá una “fuerte reducción del déficit por la retirada de las medidas Covid y la recuperación económica” en el bienio 2021-2022, para seguir una fase de “ralentización” en la corrección de las cuentas públicas.

No en vano, la Airef es, incluso, más optimista que el Gobierno en los primeros ejercicios y prevé que el déficit baje desde el casi 11% del pasado ejercicio al 7,8%, 4,6% y 3,9% hasta el 2023, frente al 8,4%, 5% y 4% de la estimación oficial. Se descolgará el 2024, al apuntar un ajuste adicional hasta el 3,5% frente al 3,2% del Gobierno.

La Airef, que considera que el Programa de Estabilidad es una “aproximación incompleta a la estrategia fiscal a medio plazo que ha recomendado en informes anteriores”, echa en falta “mayor integración” del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) en el Programa de Estabilidad, y afea que no incorpore los efectos de las reformas sobre el crecimiento y la sostenibilidad de las administraciones públicas.

Sin embargo, sí considera “realizable” el escenario macroeconómico “a corto y medio plazo, siempre que remita la pandemia a nivel global y se ejecute en plazo y con la calidad suficiente el Plan de Recuperación”.

Estima que las inversiones y el gasto asociados al Plan enviado a Bruselas “podrían tener un impacto en el crecimiento del 1,5% en 2021, 2,5% en 2022 y 1,6% en 2023”, mientras que la deuda “seguirá en niveles de elevada vulnerabilidad”, en torno al 112,4% del PIB en 2024 y alerta sobre tal carga si suben los tipos.

Por eso, el organismo insiste en la necesidad de diseñar una estrategia fiscal a medio plazo con un horizonte temporal suficientemente amplio y que necesariamente tendrá que estar integrada con el Plan de Recuperación. Demanda como “necesario” establecer un plan de reequilibrio “que comience a implementarse cuando la recuperación sea robusta y que permita generar un margen de maniobra suficiente para hacer frente a los retos derivados del envejecimiento y a futuras crisis”.