Así lo dijo durante la presentación de la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia católica en España de 2019, en referencia a las imágenes que cientos de ciudadanos han protagonizado tras el fin del estado de alarma, en concentraciones sin distancia ni mascarilla. Según Argüello, esa vocación al bien común "no está reñida con una alegría y un deseo de pisar la calle”.

“Los jóvenes también pueden sentirse convocados a pisar la calle para expresar un deseo de una sociedad que responda mejor al bien común”, añadió.

El portavoz de los obispos también hizo un llamamiento a los adultos “a seguir cuidándonos y haciendo lo posible para que el virus no se extienda” y mostró su deseo de que con ello “podamos vernos el rostro de manera completa”.

El secretario general de la CEE recordó asimismo que sacerdotes, catequistas e incluso obispos han resultado afectados por la pandemia de forma más directa, y que cuando acabó el primer estado de alarma, según los datos de los que disponían en la Iglesia, un centenar de sacerdotes habían fallecido por Covid-19, a lo que habría que añadir “otros cientos más de hospitalizados”.