Marlaska hizo esta consideración en una rueda de prensa en el Ayuntamiento de Valladolid, donde presentó junto al alcalde de la capital castellanoleonesa, Óscar Puente, una campaña informativa sobre la reducción del límite de velocidad de 50 a 30 km/h en las calles de un único carril por sentido de circulación, lo cual entrará en vigor mañana martes.

“Es una cuestión de política fiscal. No hay nada decidido al respecto”, indicó Marlaska, antes de añadir que el hecho de que los conductores paguen por circular en autovías y autopistas ahora gratuitas se basa en dos principios: “Sistema fiscal equitativo y garantizando, en todo caso, el crecimiento económico”.

Marlaska indicó que el Gobierno defiende “una política fiscal que en modo alguno ponga en riesgo el crecimiento económico del país” y que sea “equitativa” para “garantizar la igualdad del conjunto de la ciudadanía” a través de servicios sociales.

Respecto a si el pago por el uso de autopistas y autovías aumentará a siniestralidad por la tentación de circular más por las carreteras convencionales (es decir, sin separación física entre los sentidos de circulación), Marlaska se limitó a comentar que en estas últimas vías se produce el 70% de los accidentes en vías interurbanas.

Recordó que el límite máximo se unificó a 90 km/h para las carreteras convencionales en 2019, algo que ayudó a reducir ese año en un 12% la siniestralidad vial.