La investigación comenzó en abril cuando se tuvo conocimiento, a través de la Agregaduría de España en Ucrania, que este fugitivo podría encontrarse en la provincia de Valencia, posiblemente en la localidad de Puzol. Debido a la gravedad de los hechos que se le imputan, su perfil de elevada peligrosidad y la posibilidad de que pudiera reincidir en la comisión de delitos similares, se le asignó la máxima prioridad a la investigación.
El fugitivo se desplazaba habitualmente en transporte público para no ser detectado, encontrándose indicios de su paradero en diferentes provincias en un corto intervalo de tiempo, concretamente en Barcelona, Madrid y Valencia. Además, se determinó que esta persona había estado residiendo en un piso de Puzol, donde habría tenido varias habitaciones alquiladas, cambiando su punto de residencia frecuentemente para evitar su localización.
Con el avance de las pesquisas, se tuvo conocimiento de que llevaba varias semanas residiendo en una cabaña aislada situada en una zona rural remota de la misma localidad. Los agentes establecieron un discreto dispositivo y realizaron diversas gestiones que llevaron a la localización de la cabaña rural en la que estaría oculto y siendo detenido poco después, cuando se dirigía a una cafetería.
Los hechos por los que era buscado se remontan al año 2013 durante los disturbios ocurridos en la Plaza Maidán, en el centro de Kiev, que forzaron la dimisión del entonces presidente, Víktor Yanukóvich. El fugitivo, portando un rifle y una cantidad aproximada de 60 cartuchos, abrió fuego contra los policías presentes causando la muerte, como mínimo, a dos de ellos, aunque las autoridades ucranianas desconocen el número exacto de agentes heridos y fallecidos por la acción de este individuo.