En declaraciones a Servimedia, el presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), Luis Carbonel, se mostró “totalmente de acuerdo” con la medida adoptada en Francia, ya que a su juicio, “el teléfono móvil no hace más que ayudar a la distracción en la clase y supone una falta de respeto hacia el profesor y hacia sus compañeros”.

Además, Carbonel apostó por que “una medida similar a ésta sea adoptada en España”, máxime cuando ya se sabe el tiempo que se pierde en las clases para mandar guardar silencio. “Esto no hace más que contribuir a esa pérdida de tiempo y a que las clases no tengan la calidad que deben tener”, añadió Carbonel.

Por su parte, el presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Ceapa), Pedro Rascón, dijo que, aunque no se trata de “decir no a la tecnología”, evidentemente el móvil “no es un elemento indispensable ni necesario para utilizar en la clase”.

De hecho,Rascón aseguró que este dispositivo “no tiene ninguna función en el aula” y coincidió con Carbonel en apuntar que “puede provocar disfunción o interrupciones”.