Esta es una de las conclusiones que se infieren de la primera evaluación que las personas involucradas en la investigación del ataque están llevando a cabo, según informaron fuentes del Ministerio de Defensa.

Estas mismas fuentes trasladaron que los atacantes “no fueron traficantes ni cazadores furtivos”, ya que “la capacidad de fuego y los medios utilizados en el ataque llevan a concluir, en una primera evaluación, que formaban parte de uno de los grupos yihadistas que actúan en la región”.

A su vez, apuntaron que los periodistas españoles, “en todo momento”, tuvieron “la máxima prudencia en su actuación, más allá de los riesgos inherentes a su profesión”, lo que se pone de manifiesto en el hecho de acompañaban a una unidad burkinesa dedicada a la lucha contra la caza furtiva.

También subrayaron que las fuerzas burkinesas “estaban preparadas y trataron de repeler la agresión que sufrieron”, lográndolo, en un primer momento, pero viéndose superadas “por la potencia de fuego de los atacantes” posteriormente.