Día del Libro
Profesores aseguran que la leyenda de Sant Jordi enseña a ser resilientes ante adversidades como la Covid-19
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El director de los grados de Educación de la Universitat Abat Oliba CEU, Marcin Kazmierczak, defiende que leyendas como la de Sant Jordi enseñan a ser resilientes frente a las adversidades como la pandemia de Covid-19, pues “hay una enseñanza de la valentía, la solidaridad, la capacidad de sacrificio y, también, de la esperanza frente a circunstancias aparentemente insuperables”.
Así lo explica junto a la también profesora de la UAO CEU Cintia Carreira en el marco de la Diada de Sant Jordi, que coincide con el Día del Libro. Ambos, también investigadores del grupo ‘Familia, Educación y Escuela Inclusiva’ (Trivium) de esta misma universidad, defienden que la sociedad debe a la literatura muchas horas de diversión, entretenimiento y aventuras y también hay que agradecerle que haga más resilientes a las personas ante la adversidad.
La leyenda de Sant Jordi, apuntan, es un espejo en el que la gente se ha podido mirar para afrontar las dificultades derivadas de la pandemia. El relato habla de una persona que “podría evitar el sacrificio escudándose en su posición social, pero asume tener que enfrentarse con el peligro”. Y también es ejemplar el personaje de Sant Jordi, “en tanto que se enfrenta con la espada al dragón, se pone frente a frente con la fuente del peligro, y lo vence”.
En definitiva, en la leyenda de Sant Jordi “hay una enseñanza de la valentía, la solidaridad, la capacidad de sacrificio y, también, de la esperanza frente a circunstancias aparentemente insuperables”.
Kazmierczak apunta que haber estado en contacto con narraciones fantásticas de este estilo hace que interioricemos una disposición de superación ante la adversidad. Conocer a estos personajes ficticios que “representan esos valores, esas virtudes, nos ayuda a descubrir lo atractivo de la virtud de la valentía o la generosidad”.
En este sentido, la narración fantástica se presenta como una maestra de resiliencia. Y lo hace gracias a la capacidad que tiene la ficción “de transmitir a los lectores, a los educandos, el deseo por la imitación de la virtud”. Es lo que Aristóteles denominaba mímesis (la literatura como espejo y como inspiración), un rasgo que forma parte de nuestra cultura, que “siempre se ha servido de las narraciones para cultivar la moral de los lectores”, observa Carreira.
Esta investigadora y docente confiesa sentirse “fascinada por el poder de la literatura para educar el carácter, para acompañar el proceso de aprendizaje de la persona, hasta el punto de asumir que nos hace mejores personas”.
CAMBIO PERSONAL
En relación con este aspecto de mejora, la literatura también abre a un fenómeno típicamente humano, que es el cambio personal a raíz de sucesos traumáticos que sirven de catarsis. Como señala Kazmierczak, es lo que los clásicos llamaban metanoia. Podemos encontrar el discurso de la metanoia en obras tan diversas como ‘La Ilíada’, ‘La vida es sueño’, ‘La muerte de Ivan Ílich’, ‘Los miserables’, ‘Crimen y castigo’, ‘Quo Vadis’, ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, ‘Sobre héroes y tumbas’ o ‘Un paseo para recordar’.
Los educadores añaden que, por tanto, es posible hablar de narraciones resilientes. Éste es el enfoque que el grupo de investigación Trivium le ha dado a su club de lectura, dedicado a lecturas infantiles que contribuyen a inculcar resiliencia. Desde esta perspectiva, se analizan obras como ‘Pinocho’, ‘Hansel y Gretel’, ‘Huckleberry Finn’ y ‘El Lazarillo de Tormes’.
El club de lectura se incluye dentro de las actividades promovidas por el proyecto de I+D+i 'Fomento de la resiliencia en la educación primaria: innovación y formación continua del profesorado'. El proyecto indaga en la importancia de fomentar la resiliencia en las primeras etapas de la educación y en los recursos más adecuados para que los docentes puedan promoverla en el aula.
(SERVIMEDIA)
23 Abr 2021
AHP/clc/gja