Sus manifestaciones las realizó durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros ante la pregunta de si el Gobierno se arrepiente de autorizar una fusión donde dijo que favorecía al interés general y ahora se proyectan tantos despidos, equivalente a más del 16% de la plantilla combinada que aportan ambos bancos.

En un primer instante Montero acogió la pregunta explicando que no haría valoración específica porque desconocía el planteamiento de CaixaBank, aunque censuró un ajuste de tal envergadura. Al respecto, apuntó como “obvio” que “el Gobierno siempre lamenta que cualquier empresa y, más con el volumen que usted expresa, vaya a promover un ERE”, “cuando saben que estamos haciendo esfuerzos titánico a través de los ERTE” para “contener” las salidas de trabajadores que se producen con crisis económicas o financieras” y siendo el interés último “que no tengamos cifra inasumibles de desempleo que se zanjen en la crisis financiera como ocurrió en la crisis del año 2008”.

“Dicho esto, habrá que ver las circunstancias concretas que se plantean en ese expediente”, matizó, sosteniendo que, “con casi toda seguridad”, si no se hubiesen producido las fusiones bancarias “estaríamos hablando incluso de un volumen de trabajadores superior” porque “en el entorno financiero hay necesidades de concentración para que justamente podamos preservar el empleo de forma óptima”, ya que la banca está sujeta a un “tremendo” cambio por requerimientos regulatorios o de capital.

La ministra precisó que en la reestructuración del sector bancario no todos los ajustes tienen que ver con la situación pandémica, siendo algunos previos a la misma y que estaban pendientes de completar. “Es imprescindible que España complete ese proceso de reestructuración para tener entidades que sean fuertes en el contexto internacional y, por tanto, tengamos bancos que sean españoles y que realmente jueguen un papel imprescindible dentro de la arquitectura y de la construcción de nuestro propio tejido productivo”, abundó.

A continuación, apuntó que el Gobierno va a “intentar contribuir con mecanismo, con herramientas para que las empresas no se vean obligadas a estos despidos” y buscando “minimizar las pérdidas de empleo”.

“Es evidente que tenemos que acompañar estos procesos de reestructuración porque si no se hubiera producido la fusión entre CaixaBank y Bankia seguro que estaríamos asistiendo a un expediente muy superior al que tenemos por delante”, agregó.

“Siendo consciente, por las cifras que me comenta, de que se trata de un expediente cuantioso e importante, podría haber sido un expediente muy superior si cada entidad hubiera hecho la reestructuración por su lado y no se hubiera producido una concentración que hubiera ganado en eficiencia y en capacidad de capilaridad en el conjunto del territorio para sostener aquellas oficinas que son importantes e incorporarse a un proceso de digitalización que, como bien sabe, es inevitable en este momento”, concluyó.