Así lo indicó durante el debate del pleno de investidura a la Presidencia de la Generalitat, donde lamentó que se trata de un acuerdo de “mínimos” que tiene que “mejorar mucho”. Al respecto, explicó que se trata de un “punto de partida” que cuenta con unas propuestas que se tienen que resolver de forma “imprescindible y urgente” y que no es un “cheque en blanco” sino que contempla medidas de seguimiento y de control para que se ejecuten.

En este sentido, explicó que sus propuestas no son de partido, sino que son de “gran consenso de país” y que recortarlas “perjudica a los ciudadanos”. Sabater explicó que en el acuerdo han divido la legislatura en una primera fase hasta 2023 para hacer frente a las necesidades de Cataluña y una segunda en la que habrá que “profundizar” en el empujón de la independencia y la “confrontación democrática”.

A su juicio, el derecho a la autodeterminación es “inherente” a la lucha por los derechos sociales y apostó por hacer una legislatura de “conflicto, confrontación y liberación”. Además, Sabater ratificó que su partido es “antisistema” porque tiene “muy claro” que este sistema que “desahucia, encarcela y que protege a las élites” no es su sistema.

Asimismo, apostó por hacer efectivo el mensaje que dio la ciudadanía en las urnas del 14-F con una “mayoría absoluta independentista y de izquierda”. Con este acuerdo, añadió, la toma de decisiones del Gobierno “está condicionada” y puede contribuir a que la política sea “mejor” para rescatar la vida, el planeta y la democracia y acabar con la represión, que requiere “valentía y confrontación”. Con su apoyo, añadió, quieren evitar la legislatura “batallista y de retroceso” anterior y que haya en el Gobierno “algún partido del 155”.

Para acabar, Sabater dijo que en esta ocasión han sido los primeros en “hacer los deberes”, y lamentó que otros no los hayan hecho, haciendo alusión a Junts per Catalunya. Asimismo, hizo un llamamiento a En Comú Podem para que “recuperen” el espíritu de “impugnación del régimen del 15-M”.