Lo hizo al comienzo de su discurso en la primera sesión del debate de investidura en el Parlamento catalán, donde enumeró “tres objetivos claros y diáfanos”. Por un lado, acometer las “desigualdades sociales” que la pandemia de coronavirus ha acrecentado, por otro impulsar la “reconstrucción económica” con un “nuevo modelo productivo”, y, finalmente, “encaminar la resolución del conflicto político haciendo inevitables la amnistía y la autodeterminación”.

Poco después, concretó que trabajará para que la resolución del supuesto conflicto político con el Estado español pase “inevitablemente por un referéndum” y defendió que, para él, la libertad nacional y la justicia social van de la mano. También proclamó que Cataluña es “una nación” y también “un solo pueblo”.