Rodríguez Zapatero recibió a los embajadores españoles en los países de la Unión Europea para preparar la Presidencia española de la Unión Europea en el primer semestre de 2010, y al comienzo de su intervención expresó su "sentimiento de condolencia y pesar" por el fallecimiento del cabo Cristo Ancor en un atentado perpetrado en Herat en el que otros cinco militares han resultado heridos.

Subrayó que el cabo murió "cumpliendo con su misión" y haciéndolo además como los demás militares españoles "con tanto valor, con tanto mérito y con tantas dificultades".

El presidente expresó sus condolencias a las familias y el deseo de que los heridos se recuperen "lo antes posible". "La sociedad española tiene una deuda permanente con todos los servidores públicos que lejos de nuestras fronteras luchan por la seguridad, la estabilidad, la paz, por erradicar la violencia y el fanatismo", añadió.

Esa deuda, concluyó, "está permanentemente con nosotros, con la sociedad española", y por ello al cabo fallecido "le rendiremos una vez más el homenaje oportuno".