Así lo hizo en una entrevista en Telecinco recogida por Servimedia, en la que por primera vez zanjó personalmente y en público la sospecha de que pudiera no tomar posesión de su acta de diputado en la Asamblea, si resulta electo el 4 de mayo pero sin opciones de gobernar, y quedarse en el Congreso, y mucho más si no lograra un escaño.

“En cuanto empiece la campaña yo tengo que estar fuera del Gobierno y fuera del Congreso de los Diputados”, afirmó Iglesias. Fuera del Ejecutivo tiene que estar dado que un vicepresidente o ministro en plena posesión de su cargo, no en funciones, no sería elegible en unos comicios. Sin embargo, la Ley Electoral impide ser a la vez diputado nacional y diputado autonómico, pero no presentarse a unas elecciones teniendo un escaño, así que abandonar el del Congreso es una decisión voluntaria que le impediría volver a la Cámara hasta las próximas elecciones generales sea cual sea el resultado de Madrid.

Preguntado si tiene elegido ya el día, Iglesias quiso zafarse de la pregunta con un “ya lo veréis”, pero tuvo que asentir cuando se le inquirió si será “algo simbólico”. No obstante, no quiso confirmar que dejará su acta de diputado en el Congreso el 14 de abril, que se cumplirán 90 años de la proclamación de la Segunda República. “Cada cosa en su momento”, emplazó.

También respecto a su candidatura a las elecciones autonómicas, que justificó con los mismos argumentos con que la anunció, como el de que “es evidente dónde soy más útil” y el afán de “contribuir a que la ultraderecha no entre en las instituciones”, Iglesias desmintió que antes de postularse se barajara la candidatura de la ministra de Igualdad, Irene Montero.

“La única opción que valoramos colectivamente diferente a la mía fue la de (el ministro de Consumo) Alberto (Garzón)”, desveló, antes de puntualizar que se llegó a la conclusión de que el líder de IU podría ser más útil en el Ministerio y de que tenía que presentarse él, y finalmente remachó: “No hubo más nombres encima de la mesa”.