Rubalcaba espera recaudar 2.400 millones de Patrimonio y bancos para dedicarlos a crear empleo
- Alerta de que el otoño puede ser “muy difícil” para España
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, cifró este lunes en unos 2.400 millones de euros anuales los posibles ingresos de un nuevo impuesto sobre los grandes patrimonios y sobre los beneficios de las entidades financieras, que se dedicarían a crear empleo, sobre todo, para jóvenes.
En una entrevista en la Ser, recogida por Servimedia, aseguró que saldrá a ganar las elecciones con un programa “para gobernar” en el que dirá a los españoles cómo piensa pagarlo todo, porque en las actuales circunstancias “ya no vale” con decir simplemente que se aumentarán las becas y se bajarán impuestos.
Explicó, por ejemplo que tiene ya bastante concretada la redefinición del Impuesto de Patrimonio para que no recaiga como antes sobre las clases medias sino sobre las grandes fortunas, del que calcula una recaudación de unos 1.400 millones al año.
También trabaja en una fórmula para que las entidades financieras, una vez concluida la reestructuración del sector, “echen una mano” en la salida de la crisis, con un impuesto que reportaría a las arcas públicas “algo más de 1.000 millones”.
Todo ello iría a la creación de empleo, mediante una especie de “keynesianismo laboral” consistente en que, mientras la economía adquiere el ritmo de crecimiento necesario para crear empleo por sí misma, el Estado contribuye a esa creación de puestos de trabajo.
Aseguró que en su programa se detallarán las fórmulas para ello, y se abordará “a fondo” la financiación de la sanidad para que los ciudadanos y los poderes públicos sepan “cuánto cuesta” y “cómo se paga”, aunque rechazó de plano cualquier tipo de copago, por entender que sería una doble imposición a los ciudadanos y por no merecer la pena el aparato administrativo necesario para ejecutarlo.
Otra de las cosas que tiene ya claras de su futuro programa electoral es que no tocará los impuestos que afectan a los trabajadores ni a las clases medias, por entender que son los colectivos que hasta ahora más han pagado las consecuencias de la crisis.
El candidato no cree que haya amenaza de una nueva recesión global pero sí “repercutirá” la caída del crecimiento que ya se está percibiendo en las principales economías del mundo.
Teme, además, que en otoño vendrán “seguro” nuevas turbulencias, que se pueden repetir las sacudidas del pasado mes de agosto y hacer que “entremos en riesgo” al planear el temor de que España no pueda cumplir con sus compromisos. Ahora no existe ese peligro, precisó, pero “podría existir”.
Por eso, defendió la introducción en la Constitución del principio de estabilidad presupuestaria, para dar confianza a medio y largo plazo y conjurar los riesgos de la inestabilidad financiera en los mercados, “que no creo que va a seguir” en los próximos meses.
De hecho, aseguró que desde el PSOE “prevemos un otoño muy difícil” por los movimientos de los mercados y la emisión de deuda de Italia, y “hay que protegerse, y rápidamente”.
Con todo ello, pese a reconocer ante la dirección del PSOE que él no hubiera hecho “así” la reforma, aseguró que comprende al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que el valor del acuerdo con Mariano Rajoy fue suficiente para aparcar todas sus reticencias, alguna de fondo, y, sobre todo, de forma.
Precisamente, en las formas es en lo que el candidato comprende más las quejas de quienes no han compartido la modificación de la Constitución, pero está de acuerdo con el ex presidente Felipe González en que algunos se ausentaron de la votación porque están de acuerdo en el fondo, con el principio de estabilidad presupuestaria, porque de hecho lo han respaldado en votaciones anteriores.
(SERVIMEDIA)
05 Sep 2011
CLC/man