Según esta organización, las clases deberían terminar el último día de junio y comenzar a primeros de septiembre, mientras que las vacaciones en Navidad y Semana Santa podrían en cambio alargarse.

Tres meses sin clase “es un período excesivo y perjudicial para los escolares”, señaló, pues “pierden hábitos de estudio” y la conciliación de horarios resulta muy complicada para los padres, agregó Concapa.

Además, la confederación criticó los horarios continuados de 8 a 15 horas, pues “es demasiado tiempo seguido para que un alumno lo aproveche bien”.

Aunque este tipo de horario sea una reivindicación de los docentes, ésta nunca puede supeditarse al interés de los menores”, subrayó, e hizo un llamamiento a escuelas, familias y empresas para llegar a un gran acuerdo social lo antes posible”.