Zapatero y Rubalcaba confían en que la reforma constitucional refuerce a España ante inminentes turbulencias
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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, defendieron este lunes ante la dirección del PSOE que la reforma constitucional para limitar el déficit y el endeudamiento de las administraciones públicas reforzará a España ante las previsibles turbulencias financieras de otoño y sobre ello argumentaron la urgencia de su tramitación y la conveniencia de evitar un referéndum al que la propia Constitución no obliga.
Ambos intervinieron en la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal para defender el fondo y la forma de esa reforma, que la dirección socialista confía en sacar adelante con “firme” respaldo de sus parlamentarios pese al debate interno.
Así lo aseguró en rueda de prensa posterior el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, que reiteró la conveniencia de lanzar un mensaje a “mercados e inversores” en el sentido de que España es “un país serio, que está dispuesto a cumplir con sus obligaciones” y que sabe “que tiene que devolver lo que ha pedido”.
Ese es el motivo de fondo de la reforma, aseguró Iglesias, también de esa fórmula de que el pago de los intereses de la deuda tendrá “prioridad absoluta” en los gastos del Estado, y asimismo de las formas con las que se tramita, con urgencia y en lectura única, en apenas dos semanas.
Es cierto que la decisión “necesita explicación” y por eso este lunes el candidato socialista ha convocado a los secretarios generales de las federaciones del PSOE y al grupo parlamentario, con el objetivo de garantizar una posición que Iglesias augura “firme”, la propia de un partido “rocoso” a pesar de la reflexión interna y las peticiones “de información y de explicación”.
La urgencia de la decisión obligó en primer lugar a un acuerdo, explicó Iglesias, entre el presidente del Gobierno, que representa “los intereses generales” del país, y el candidato socialista, que representa “al partido”.
Sobre ese acuerdo, ambos coinciden en la necesidad de aprobar la reforma “con celeridad” porque el objetivo es enviar “un mensaje muy fuerte al mundo económico” de determinación y unidad interna “de cara a las turbulencias que puedan venir en otoño” cuando países vecinos afronten delicadas operaciones de deuda que podrían de nuevo contagiar a España.
Por ello, añadió Iglesias, convocar un referéndum “crearía más incertidumbre entre aquellos a quienes queremos transmitir certidumbre”, y más cuando para este tipo de reformas la Constitución no obliga a la consulta popular, sino que la establece sólo en el caso de que lo pidan el 10% de los miembros de alguna de las cámaras.
Se trata, decía Iglesias, de poner a España “la vacuna de la malaria” antes de emprender la expedición de riesgo, “no cuando volvamos”, y de ahí la tramitación urgente defendida por la cúpula socialista de acuerdo con el PP.
Iglesias insistió en que se trata de una solución “excepcional” para un momento igualmente “excepcional”, y se mostró además convencido de que, en contra de lo que dice el PP, en la reforma “se nota la mano” de Pérez Rubalcaba porque no se habla de déficit cero, sino de estabilidad financiera, es decir, que se permite cierta “flexibilidad” dentro del ciclo económico, si bien el límite se referencia al mandato de la Unión Europea, fijado en el 3% del PIB.
Es “imprescindible” tener las cuentas públicas “saneadas y estabilizadas”, defendía Iglesias, porque, precisamente, esa es la garantía del mantenimiento de las políticas sociales, mientras que el exceso de endeudamiento y la consecuencia de tener las finanzas “bloqueadas” sería “la peor política” posible.
(SERVIMEDIA)
29 Ago 2011
CLC/pai