Según explicó, esta muerte se produjo durante los ataques contra población civil sucedidos la semana pasada en Pieri y pueblos de alrededor, que de momento han costado la vida a más de 400 personas.

Además hay centenares de heridos y desaparecidos, entre ellos 17 trabajadores de la ONG.

La magnitud de la tragedia no se ha podido calcular todavía, agregó.

Asimismo, denunció que los atacantes saltaron la clínica de MSF, robaron medicamentos y equipos e incendiaron parte de sus instalaciones.

Según el coordinador general de MSF en la zona, Jose Hulsenbek, lo sucedido “es totalmente inaceptable”, pues “las instalaciones médicas deben ser respetadas como lugares neutrales donde los pacientes y el personal médico no tengan que temer ataques”.

Finalmente condenó el asesinato de su compañero y pidió ayuda a autoridades locales, comunidad internacional y otras ONG para asistir a las víctimas del ataque.