Bono lo anunció en un encuentro con periodistas en su pueblo natal, Salobre (Albacete), después de que el PP haya pedido la comparecencia del presidente y también la de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y del ministro Miguel Sebastián.

La Diputación Permanente deberá debatir y votar si convoca una sesión entraordinaria del Pleno para que comparezca el presidente, y de las correspondientes comisiones para las de Salgado y Sebastián.

Bono recordó que el próximo 8 de septiembre se harán públicas las declaraciones de bienes y rentas de los parlamentarios, en aplicación de la reforma de las incompatibilidades y de un "ejercicio de transparencia".

Esa medida, subrayó, no está influenciada por el 15-M sino que se decidió el pasado mes de febrero en una reunión de las mesas conjuntas del Congreso y del Senado.

Sobre su futuro, explicó que su posición es "no estar en la política" en la próxima legislatura, porque "hay frutos que uno ha degustado en cantidad y calidad suficiente como para ofrecérselos a otros compañeros".

Lo importante son "las mayorías" resultantes de las elecciones del próximo mes de noviembre, y en ese sentido aseguró que tendrá "el carné del PSOE al lado del corazón mientras viva" y siempre estará en política, lo que no significa que tenga que estar "en primera fila".

EL GRAN PROBLEMA

Para Bono, lo más duro de esta legislatura son los "millones de españoles que quieren trabajar y no pueden".

"Ese es el gran problema que nos ha dejado la crisis", aseguró Bono, que criticó al PP por "echar la culpa de todos los males" de España al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.

En ese sentido, criticó que haya en España "quien se dedica a cavar trincheras para defenderse de un enemigo que no lo es" y que es sólo un "adversario político". "El enemigo no es el PP, es el paro", sentenció.