Según recoge este estudio, coordinado por el politólogo Pablo Simón y otros investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid para el Injuve, “ser mujer o identificarse como no heterosexual implica mayores probabilidades de sacar buenas notas” y “de tener un buen nivel de inglés”.

En concreto, las alumnas tendrían un 8% más de probabilidades, mientras que los alumnos varones no heterosexuales tienen hasta un 9% de probabilidades de ser buenos estudiantes y, además, hablar idiomas.

El informe, que se ha elaborado a partir de 1.202 entrevistas a jóvenes entre 15 y 29 años, también apunta a que, pese al mejor rendimiento académico de las alumnas y los estudiantes no heterosexuales, sus expectativas de futuro no son tan optimistas como se esperaría por sus buenos resultados.

Los investigadores sugieren que esto se debe a “los obstáculos de carácter discriminatorio que estos dos colectivos enfrentan a pesar de sus mejores resultados iniciales”. Además, el estudio señala que “tanto las mujeres como las personas que se identifican como no heterosexuales tienden a descartar las carreras de ciencias, tecnología y matemáticas”.

Esto supone un problema, ya que son los estudios asociados precisamente a “trabajos mejor pagados y tasas de empleo más altas”. Esto se traduce, recoge el informe del Injuve, “en que las mujeres no heterosexuales tengan un 7% menos de probabilidades de elegir este tipo de carreras” y “un 5% en el caso de los hombres no heterosexuales”.

En su lugar, recoge el estudio, las alumnas y los estudiantes LGTB “optan en mayor proporción por carreras de humanidades, artes y ciencias sociales”.

EL 16% DE LOS JÓVENES ES LGTB

Otra de las conclusiones del informe del Injuve es que el 16% de los jóvenes se describe como no heterosexual o LGTB. Los hombres tienden a ubicarse con más frecuencia como heterosexuales que las mujeres (80% frente a 75%), mientras que los hombres lo hacen más como homosexuales que ellas (10% frente a 6,1%).

Por su parte, las mujeres se autoidentifican más frecuentemente como bisexuales que los hombres (12% frente a 5%).

“Un componente adicional de diversidad en los jóvenes se deriva de un replanteamiento de las categorías tradicionales de género”, señala el estudio; y es que alrededor del 25% de los jóvenes encuestados, tanto hombres como mujeres, no se identifican plenamente con una categoría del 100% femenino o masculino.

Por tanto, los investigadores apuntan que “esto abre la puerta a análisis más pormenorizados sobre qué significan estas etiquetas para las nuevas generaciones”.