Según la CNAE, algunas autoescuelas utilizan estos precios tan bajos como cebo, y una vez captado el cliente, le informan de una serie de conceptos que multiplican el precio final.

Para evitar engaños, la CNAE recomienda informarse en la autoescuela -no por Internet- y buscar siempre la letra pequeña de estas ofertas. En algunos casos, un bajo coste esconde condiciones muy duras, como, por ejemplo, la limitación de las prácticas a un circuito cerrado.

Además, la CNAE recuerda que los folletos publicitarios de las autoescuelas son contractuales, es decir, que el alumno puede exigir las condiciones ofertadas y, si considera que estas no se ajustan a lo anunciado, puede ponerlo en conocimiento de los servicios de consumo de su comunidad autónoma, o bien dar parte a cualquier asociación de consumidores.

Ante el aumento de este tipo de publicidad, la CNAE anunció hoy que adoptará las medidas necesarias, incluidas la interposición de las acciones legales que procedan en defensa del consumidor y de la seguridad vial.