En esta línea, subrayó que “la capacidad de la factoría y la profesionalidad de sus trabajadores evidencian que el nuevo plan de Magna sigue marcado por criterios políticos y no industriales".

Por otra parte, Suárez reclamó al Ejecutivo aragonés y al español que “redoblen sus esfuerzos para defender en todos los ámbitos los puestos de trabajo de Opel en Figueruelas y sus industrias auxiliares”, al tiempo que destacó que “esta batalla se está librando en el campo político y hasta ahora ni Zapatero ni Iglesias han estado a la altura de las circunstancias”.

En ese sentido, el portavoz reiteró que “la falta de peso político internacional y la indolencia del Gobierno de España, junto a la inoperancia del presidente Iglesias para hacerse valer en Madrid, han llevado las negociaciones sobre Opel al peor escenario posible”.

“Iglesias tiene la obligación de exigir a Rodríguez Zapatero todos los esfuerzos y las negociaciones que hagan falta para que la reestructuración de Opel haga justicia a la realidad de la factoría aragonesa”, añadió Suárez.

Finalmente, Suárez resaltó que “el problema no es que Merkel haya cumplido con su deber de defender a los trabajadores alemanes; el problema es que Rodríguez Zapatero e Iglesias no han defendido a los trabajadores aragoneses”.