Lo dijo en declaraciones a los periodistas tras participar en la presentación del Plan de Memoria Democrática de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en la sede de este organismo en Madrid, a cuenta de la propuesta del Ministerio de Sanidad de cerrar todas las comunidades autónomas en Semana Santa, una pretensión que cuenta con el único rechazo explícito de la Comunidad de Madrid.

Carmen Calvo intentó ser tajante sobre este asunto al aseverar que “sobre esto no debería haber ni debate”, luego “del año que llevamos, de la tercera ola que ha dejado un reguero de muerte, del sacrificio tan grande que hemos hecho todos, particularmente los profesionales sanitarios, las familias que tienen víctimas mortales”.

Por ello, redundó en el hecho de que “no hay caso, no hay Semana Santa, ni nada, porque lo que tenemos que hacer ahora es terminar este esfuerzo para que finalmente las cifras se coloquen en un lugar de seguridad”.

La vicepresidenta primera del Gobierno replicó al recurrente argumento de la Comunidad de Madrid que suele presentar la lucha contra la pandemia como una dicotomía entre salud y economía.

Lo hizo exponiendo que las medidas restrictivas son necesarias tanto para “nuestra sanidad, nuestra vida, para seguir protegiendo a quienes puedan contraer la enfermedad” como para “la economía, a la que le conviene que superemos la pandemia para comenzar la recuperación”.

Por ello, juzgó como “inquietantes” y “falsas” las premisas que plantean quienes presentan esta situación como una competición entre magnitudes sanitarias y parámetros económicos, ya que “no se recupera más la economía poniendo en riesgo el trabajo sacrificado que hemos hecho entre todos”.

Esto le sirvió para concluir afirmando que “no puede haber Semana Santa, tiene que haber un esfuerzo todavía importante para salir de esta situación”.